Daría Romero dejó hace unas semanas de encabezar el Centro de Iniciativas Empresariales y Turísticas de Los Pedroches (CIET) tras dar el relevo en la presidencia de la entidad. Lo hizo tras once años en el cargo y convencida de que hay que dar paso a personas que aporten nuevas ideas. Ella seguirá formando parte de la junta directiva, como ya hizo en otras encabezadas por otros presidentes, para trabajar por el empuje turístico de una comarca que conoce por su trabajo y su «activismo», que no niega que le ha generado alguna que otra «puñalada». Con ella hablamos del potencial de Los Pedroches y de su realidad.

Pregunta: ¿Por qué llega el relevo al frente del CIET, es algo que estaba programado?

Respuesta: El relevo estaba pensado hace unos meses. Tocaba hacer elecciones. Llevábamos tiempo que, por diversos motivos, no se habían podido celebrar. Estuve hablando hace tiempo con la gente del CIET para adelantar que era el momento de dar el paso gente nueva y gente joven que son de reconocida valía, gente con ganas. Creo que era el momento oportuno para retirarme, así lo planteé y así lo hemos hecho. 

P: ¿Se va con la sensación del deber cumplido?

R: Creo que sí, no sé si más exitoso o menos, pero le he dedicado muchos años. No solo los que he estado de presidenta, sino anteriormente bajo la presencia de José Ramos y José Portal, al que sucedí. He estado en el CIET desde el año 2004 y desde 2013 en la presidencia, lo he estado en épocas muy duras porque a partir del 2010-2012 empezó a afectarnos muchísimo la crisis económica, se nos acabaron las subvenciones para poder contratar a personal. Han sido tiempos duros, pero creo que se han hecho cosas bien, no yo, sino toda la junta directiva.

P: ¿Qué podría decirme de la nueva junta directiva del CIET?

R: Yo formo parte de la nueva junta directiva, aunque quería haberme apartado, se me ha pedido que siga. He dicho que sí porque pienso que la experiencia también es importante. Es una junta amplia, la más amplia que ha habido nunca, pero queríamos que estuvieran representados todos los sectores del turismo. Hemos hecho una junta muy amplia, habrá que reducirla para hacer un comité de dirección más operativo, y luego el nuevo presidente es una persona magnífica, una persona involucrada, un hombre preparado que defiende el negocio de su familia y creo que va a ser una persona que va a marcar mucho los nuevos tiempos. 

P: Los años permiten hacer un análisis de diferentes situaciones con la perspectiva que dan los años y los acontecimientos que han ido ocurriendo. ¿En qué momento diría que está la comarca a nivel turístico y empresarial?

R: Creo que, a pesar de las crisis como la económica, la del covid y ahora la del agua, hemos sorteado las adversidades con arrojo y tesón, como siempre hemos hecho. Estamos en un momento perfecto porque el turismo rural es algo que ha calado, sabemos que es una fuente de negocio, hay muchos alojamientos de calidad, hay hoteles con encanto, restauración de alta categoría, tenemos monumentos… Tenemos todo lo que hay que tener para triunfar, incluida la naturaleza con nuestra extraordinaria dehesa o el olivar de sierra, que es la joya desconocida que debemos explotar en los próximos años. Somos conscientes de lo que tenemos, cuando yo empecé no se conocían esas posibilidades, por lo que el hecho de considerar esos aspectos como fuente de negocio que le puede dar vida a la comarca es un avance importantísimo. 

P: Ha nombrado numerosas cuestiones como valores potenciales de la comarca, pero ¿sabemos vender esos aspectos?

R: Eso nos falta todavía, somos castellanos de pura cepa, siempre lo digo. Respondemos mucho a nuestros orígenes. Somos gente muy sacrificada, austera, que producimos naturalmente las cosas buenas, pero venderlas es harina de otro costal. Para venderlo hay que estar al tanto de cómo se vende, de cuánto hay que invertir y ahí nos queda dar un paso hacia delante. 

P: En los últimos años desde el CIET se ha apostado por acudir a numerosas ferias para solventar este déficit. 

R: Claro, nosotros hemos apretado en ese sentido muchísimo porque es la clave. Potenciar nuestro turismo de interior se consigue teniendo una imagen exterior correcta, haciéndonos presentes en todos los eventos que se ponen en marcha y dando a conocer a nuestra tierra porque tiene muchas posibilidades.

 

P: Usted siempre ha sido una firme defensora de la idea de comarca. ¿Es importante también tener en cuenta esa cuestión a nivel turístico?

R: Totalmente, en Los Pedroches no hay nada que se pueda conseguir si no nos unimos. Sé que ha sido muy complicado porque somos una comarca muy extensa, porque las comunicaciones han sido muy difíciles y eso ha producido un aislamiento de generaciones en las que se contaba con poco más. Eso ha producido un aislamiento social y mental y mientras no entendamos que tenemos que ir como comarca no saldremos de aquí. Las administraciones no quieren ni oír hablar de reclamaciones de carreteras, trenes o agua en zonas como esta porque hay otros sitios donde el vivero de votos es mucho mayor. Mientras eso no cambie estamos condenados a no tener soluciones definitivas. Desde luego, en el turismo es fundamental esa unión. En Fitur me ha sorprendido ver a comarcas con menos poder, medios y cosas que ofrecer que la nuestra con mucha más presencia. Nosotros nos tenemos que remitir a que en Los Pedroches murió Paquirri. Mientras no se supere eso, mientras nuestros políticos no vean que tienen que unirse para lo fundamental y la ciudadanía les siga, todos los esfuerzos serán desaprovechados.  

P: Para esa identidad de comarca se necesita también las implicaciones de las administraciones locales. 

R: Claro que sí. Hay una entidad, la Mancomunidad, que se creó para desarrollar el turismo en la comarca cuando se dieron cuenta que otros lugares empezaban a tener espacio y la pusieron en marcha. Lo que hoy menos mueve a la Mancomunidad es el turismo, cuando es un sector que nos puede dar a conocer. Las administraciones locales tienen que tener eso muy presente porque tiene muchas ramificaciones. El que haya venido y se haya comido un chuletón se irá contándolo; los que hayan visto el convento de Santa Clara de Belalcázar se irán maravillados; los que hayan hecho turismo de bicicleta, con un proyecto magnífico que hay ahora mismo, lo irán contando. Quiero decir con esto que mientras que no nos unamos para valorar eso y venderlo no avanzaremos y será una pena porque el tiempo pasa y hay que aprovecharlo. 

P: ¿Cómo es la demanda a nivel turístico en Los Pedroches? 

R: Es alta. En verano, a pesar de la crisis, hemos llegado casi al 85 por ciento de ocupación y ha habido establecimientos que lo han tenido todo lleno. Es un sector, debido quizás a la crisis del covid, que la gente ha descubierto, se apuesta por mirar al interior, los clientes son conscientes de que tienen sitios al alcance de la mano que son una gozada.  

Cuando la gente viene se va encantada, primero porque no espera este bosque de encinas, nuestros monumentos, no esperan ciertas cosas porque no se nos conoce. Es un descubrimiento y eso incita a volver, a volver para descubrir. Seguimos teniendo, como todos los sectores, parón de lunes a jueves, pero creo que hay un sector en el que hay que trabajar. Hay un núcleo de personas jubiladas con dinero y con tiempo para viajar, es un sector que hay que abordar y facilitarle la vida. Es verdad que tenemos un problema, no hay hoteles con alta capacidad, pero va a empezar a venir un tipo de turismo de Cataluña que es un vivero importantísimo para nosotros. Tenemos que ser conscientes de que el turismo es un complemento, abrir las puertas y estar orgullosos de nuestra tierra. 

P: Por cierto, ¿hemos sabido aprovechar la declaración de reserva Starlight?

R: Esa es otra también, no hemos parado de asistir a actos, darlo a conocer, pero hay algunos ayuntamientos que parece que no se enteran. Cada días nos encontramos con que hay más desmanes, se ilumina con luz blanca lugares que no se deben. Es otro punto, ahora estamos en un momento en el que hay que revalidar la declaración como reserva, estamos haciendo mediciones y puede que haya ayuntamientos que se caigan y eso afectará a otros que lo están haciendo bien. Como lo del agua, los que contaminan afectan a todos los demás. Una de las premisas fue que en pleno se aprobará la aceptación de las condiciones, no solo de las mediciones presentadas, sino que en el futuro se mantuviera la comarca sin exceso de luz, con la luz adecuada, adaptada a los requerimientos. Lo tenemos difícil. 

 

P: ¿Le ha pasado factura no su cargo, sino el activismo que ha liderado primero en la plataforma ‘Que pare el tren en Los Pedroches’ y ahora con el tema del agua?

R: Siempre pasa factura porque no todo el mundo está de acuerdo. Por ejemplo, en la crisis del agua alguna persona nos ha echado en cara que hemos dado mala imagen. Sin embargo, yo pienso que no se puede dar mala imagen cuando todo el mundo sabe lo que significa estar sin agua potable en los grifos. No se puede esconder esa realidad tremenda a la gente que viene a visitarnos. A lo mejor pierdes un cliente en ese momento, pero ese cliente tendrá confianza en un futuro ante esa honestidad. No se puede engañar a la gente, tapar los problemas que hay. Obviamente me ha pasado factura, a veces duele, sobre todo cuando las puñaladas vienen de personas que no esperas. Eso pasó en la época del tren, hubo presiones, muchas, y ha pasado ahora, que ha habido muchas más. Yo tengo marcada una hoja de ruta en mi vida y no va a variar, me dolerá, producirá una pena porque consideraba que había personas que eran de una u otra forma, pero la gente también se deja llevar por el momento, por los miedos y ataca en vez de apoyar. 

Esto no es ni de unos ni de otros, ni es de ayer. El trato de olvido que se le da a nuestra tierra viene de muy largo, cuando a otros les dan las cosas sin molestarse, aquí hay que montar plataformas, perder tiempo y dinero. Yo he estado siempre pendiente de lo que le falta a mi tierra y no me importa los jirones que me he dejado en el camino porque me vale más que haya contribuido, en alguna medida, a reclamar que se nos trate como es debido. No me importa si ha habido desencuentros o puñaladas por la espalda.