Es difícil de explicar. Alguien que no conocías en persona que forma parte de tu vida, de tu concepción del mundo, de la compresión del mismo, de tus valores, de cómo afrontar la historia futura y de actuar, eso, de tomar partido hasta mancharse, como escribía Gabriel Celaya. Eso fue Julio Anguita para mí, pero no solo para mí, sino para una generación de muchos hombres y mujeres de todo un país. Julio Anguita era el referente de la izquierda para muchos niños y niñas, adolescentes y jóvenes, hoy ya adultos, y para sus padres y madres. Carrillo era un hombre desconocido para mí en esa época de mi niñez y ya muy mayor para mi generación, también recuerdo levemente el entierro de Dolores Ibárruri “La Pasionaria”. El PCE había iniciado el proceso de fortalecimiento y unidad de la izquierda, era el momento de Julio Anguita y de Izquierda Unida (IU). Este ocupaba las portadas y titulares de los diarios (el papel marcaba la actualidad de nuestro mundo), su voz se escuchaba en las radios y las imágenes, acompañadas de un discurso contracorriente y oratoria senequista, estaban presentes día sí y día también. A toda una generación nos intentaron inmiscuir el dogma neoliberal de la competitividad, del consumismo y del individualismo, pero en frente se situaba Julio Anguita. A pesar de los intentos de desacreditarlo y caricaturizarlo, aún recuerdo las apariciones quijotescas de los guiñoles en canal plus, él, siempre ávido de lógica, de conocimiento y de coherencia, supo ser guía y referencia frente a las consecuencias de lo que suponía el capitalismo y sus secuaces, y ante la necesidad y obligatoriedad de construir una alternativa dirigida por y para el pueblo . El programa, programa y programa servía para eso, para disolver y evidenciar lo imaginario e irreal del capitalismo y demostrar lo tangible y real del socialismo. Y siendo un niño, yo nací en el 83, me sentí fascinado, pero no yo solo, sino toda una generación. En mi casa, de izquierdas sin ambages y sin el carné de comunistas, y ya entre la niñez y camino a la adolescencia, yo ya había tomado partido, necesitaba y deseaba tomar partido. Conciencia de clase, la construcción del socialismo y la instauración de la República como forma de estado. De izquierdas, comunista y de Izquierda Unida como Julio Anguita.
Es difícil de explicar, ayer falleció Julio Anguita. Durante la mañana estuve hablando con Juan Aperador, compañero y camarada de Pozoblanco, y me planteó si podía escribir algo sobre Julio para este periódico. También estuve hablando con Miguel Calero, compañero, camarada y referente de la izquierda de nuestra comarca (Actual Portavoz de IU en el Ayuntamiento de Pozoblanco y Coordinador Comarcal de IU). Y estuve hablando con muchos compañeros y compañeras de todo el país, hoy día me ha tocado ser el actual Secretario de Organización Provincial de IU Córdoba y Julio Anguita era profundamente cordobés, por lo que, consecuentemente, nuestra sociedad y la izquierda de todo el país siempre mira a Córdoba por su culpa.
Es difícil de explicar. Yo no puedo explicar las vivencias que aquí, en nuestra comarca, tuvo Julio, porque sencillamente no las viví. He tenido la suerte durante estos últimos años de conocerlo personalmente (campañas electorales, reuniones, presentaciones, etc.) y muy recientemente de sentarme con él para conversar, organizar y trabajar en ese proyecto eterno y constante de transformar la realidad y de hacer de la izquierda organizada y su unidad una herramienta útil para la humanidad, pero eso será para otro día y para otro momento. Mi último encuentro con él fue el pasado 2 de marzo en Córdoba y recuerdo sus palabras “Me presto, podéis contar conmigo”… Pero sí puedo explicar las anécdotas que me han contado y me van a seguir contando mis compañeros y camaradas de El Viso, y me acuerdo de El Rubio, cuando Julio iba allí, a su pueblo, y lo recibían y pegaban sus carteles, sin cansancio, sin horas y con la pasión de la fuerza que trasladaba Julio. Sí puedo contar como Miguel Calero (lo reto públicamente a que escriba las vivencias de Julio Anguita en la comarca) me hablaba, con pasión y quebrado, cuando Julio venía a Pozoblanco. Como una tarde asistió a un acto público para pedir el NO a la entrada de España en la OTAN, un día de lluvia, mucha lluvia, y cuando recibieron a Julio a la entrada del acto, con un pequeño accidente, Julio tenía la percepción de que no iba a asistir nadie. El acto estaba lleno, a reventar, todos esperando para escuchar a Julio Anguita.
También puedo ver las imágenes, carteles y fotografías de Julio Anguita que están en nuestra sede de Pozoblanco y que nos vigilan en nuestros debates y reuniones, y también en nuestros momentos de distensión, camaradería y compañerismo, con risas y con lágrimas (mi recuerdo a Antonio Manosalbas). Puedo contar las palabras de mi compañero Antonio Vigara (ex-Alcalde y actual portavoz y concejal de IU), cuando Julio iba a visitar Belalcázar, para conocer y ser partícipe de las luchas que Antonio y el gobierno municipal tenían pendientes para mejorar la vida de sus vecinos y vecinas. Los compañeros y compañeras lo recibían y paseaban por las calles de uno de los pueblos más encantadores de nuestra provincia. Puedo contar como Julio fue a uno de los pueblos de nuestra comarca (Me reservo el nombre), donde los camaradas y compañeros eran héroes que sufrían la presión de los franquistas transformados en demócratas y sus herederos. Solo asistían los muy valientes. En la plaza, junto al edificio donde se celebraba el acto, estaban dando paseos el cura del pueblo y un guardia civil. Los paseos por delante de la puerta sin acceder al edificio de muchos vecinas y vecinas se sucedían, no podían terminar escuchando y participando en un mitin de los comunistas. Las palabras de Julio Anguita para ese día fueron “En este pueblo aún se huele el miedo”.
Puedo contar como a los que ya éramos seguidores de Izquierda Unida y de nuestro referente, Julio Anguita, intentamos en su día en un pueblo como el mío, Hinojosa del Duque, organizar una candidatura de Izquierda Unida. Teníamos 19 años y era el año 2003, Juan Felipe Flores y yo lo intentamos con los restos de lo que quedaba (ni pudimos ni supimos), en un pueblo donde ya había pasado una legislatura sin presentar candidatura, muchos años más sin obtener representación municipal y donde en una elecciones europeas IU llegó a obtener tan solo una treintentena escasa de votos (Conozco a cada uno y una de los que votamos a IU) en un municipio de más de siete mil habitantes. En mi caso y con posterioridad, me sumé a lo único organizado que había para estar con mi clase, la clase trabajadora, y defender “mínimamente” nuestras posiciones, frente a una derecha hegemónica en lo cultural y absolutamente controladora de los centros del poder económico y social, una candidatura del PSOE. Años más tarde, con mucha ilusión, muchísimo coraje y cierto vértigo, algunos jóvenes referenciados en nuestra infancia y adolescencia con Julio Anguita y también sus familias (el pasado día me dijo el padre de un compañero ante la situación de la salud de Julio Anguita, “la mejor cabeza que ha dado nuestro país”) dimos el paso para ser militantes del PCE y para construir nuestra organización y la de Julio Anguita. Hoy, tenemos una fuerza bien organizada, referencial y determinante, Juan Felipe Flores es Portavoz y concejal de IU del Ayuntamiento y yo ejerzo, con la ilusión de un niño, responsabilidades provinciales en la organización.
Es fácil de explicar. Existen muchas vivencias, anécdotas y luchas (anónimas y silenciadas pero muy latentes) en cada uno de nuestros pueblos con compañeros, compañeras y camaradas de todo un referente político e intelectual como Julio Anguita, que ha irradiado nuestra comarca, nuestra provincia y nuestro país. Y ahora nos deja su legado, la tarea como pueblo de organizarnos y comprometernos en la construcción un mundo mejor y más justo, ese es su legado, la firmeza en construirlo.
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