La Sala de Exposiciones Temporales del Centro de Interpretación de la Arquitectura Popular de Dos Torres acoge desde el pasado jueves 24 de octubre y hasta finales del mes de noviembre la exposición «De la pintura de historia a la crónica social en los fondos de la Diputación de Córdoba», de la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí, que pretende mostrar una visión de las transformaciones que el arte español experimentó en el periodo comprendido entre la segunda mitad del siglo XIX hasta los albores del siglo XX y cómo esta actividad creativa refleja los cambios que en la sociedad se suceden con los años.
La exposición recoge obras creadas al amparo de la Diputación de Córdoba como institución mecenas y patrocinadora de las artes, incentivadas por un continuo programa de becas, ayudas y premios, destinado a aquellos artistas que, a más de solicitarlas, se hallaban en posesión de los méritos que para disfrutar de ellas eran precisos, lográndose de este modo un apoyo fundamental a la creación artística vigente hasta nuestros días, al que se han acogido de uno u otro modo la práctica totalidad de los artistas de relevancia de Córdoba, capital y provincia.
A este extraordinario aporte creativo procedente de la provincia responde esta exposición, mostrando de forma itinerante las obras de los que un día abandonaron sus pueblos en busca de la fama. Entre la amplia colección artística de la Diputación, los fondos pictóricos se conforman por tanto como un excelente medio de observar la evolución de la pintura en España.
«De la pintura de historia como valor superior, género fomentado por el oficialismo, en el que las grandes gestas, las hazañas de los héroes, y las bondades, desgracias y demás circunstancias de reyes y príncipes, se pasó a una visión más cercana de la existencia, en la que el común de las personas, y sus costumbres, se erigen en protagonistas. De la grandilocuencia a la naturalidad, de los interiores regios o nobles, a las casas burguesas y populares, el arte es crónica de una sociedad en evolución constante, en un siglo llamado de las revoluciones, en el que el arte no sólo no estuvo al margen de éstas, sino que experimentó en sí mismo la mayor cantidad de transformaciones posibles, allanando con su metamorfosis el camino a la modernidad que el siglo XX trae a las artes plásticas».
No hay comentarios