El lunes comenzaba la demolición de la parte trasera del edificio conocido como la «Casa de las Obispas», concretamente la que conecta con la calle Mayor de Pozoblanco. Una demolición que se llevó a cabo por el mal estado del inmueble y que entra dentro de la primera fase de restauración fijada para este edificio que pasará a ser a la conclusión de los trabajos en centro parroquial de Santa Catalina.
Ya en enero de este año, el párroco de Santa Catalina, José María González, explicaba en qué consistía el proyecto y avanzaba que estaba ultimándose para poder comenzar su inicio. Cinco meses después se han dado los primeros pasos para avanzar en un proyecto que contempla un presupuesto de unos 400.000 euros, que según avanzó González en su día, tendrán que ser sufragados por la parroquia por lo que las colectas de los primeros domingo de mes serán destinadas para este fin.
El objetivo del proyecto es transformar el edificio en un centro parroquial que permita realizar determinadas actividades como impartir la catequesis o los cursillos prematrimoniales, por carecer la propia parroquia de dependencias para estos fines. El proyecto también contempla la construcción de una pequeña capilla.
Historia
Estamos hablando de un edificio histórico de Pozoblanco que como explica el historiador Antonio Arévalo Santos“data de finales del XIX principios del XX con una estructura de hierro fundido que fue legado al Obispado por la última hermana viva del Obispo Pozuelo con la condición de que se dedicara a labores de educación para niñas “preferiblemente salesiana”. Esto motivó un pleito entre las Concepcionistas y los Salesianos, ya que las primeras estimaban que no había campo de trabajo suficiente en Pozoblanco para la enseñanza femenina con dos congregaciones distintas. El Obispado dio la razón a las Concepcionistas pero los Salesianos recurrieron y el pleito se dirimió finalmente en Roma, a favor de las primeras. Fue internado concepcionista, comedor social de la misma congregación. Más recientemente fue uno de los primeros locales de PRODE, siendo su último uso por parte de PRODE y las Cofradías de los Dolores y el Resucitado”.
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