La Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC) ha denunciado la «brutalidad» del ataque sufrido por un guardia civil durante un servicio en Pozoblanco, al que el agresor golpeó «salvajemente» cuando estaba en el suelo. La asociación informa de lo ocurrido a través de un comunicado donde lamenta que el agresor haya quedado en libertad. En ese sentido, anuncia que los servicios jurídicos de AUGC recurrirán el auto judicial.
Según relata la AUGC, los hechos tuvieron lugar el sábado 29 de marzo, cuando dos guardias civiles del puesto de Pozoblanco intentaban identificar a un hombre que había hecho un movimiento sospechoso al verles en la calle Doctor Antonio Cabrera. El hombre reaccionó agresivamente dando varios empujones a uno de los agentes y amenazándoles con frases que la AUGC reproduce en su comunicado: «Me vais a comer la polla, yo hago lo que me salga de los cojones, os reviento y no me va a pasar nada … Te voy a matar».
En el forcejeo, el individuo hizo caer a uno de los guardias civiles, según explica en su nota la propia asociación, «y cuando aún se encontraba en el suelo le propinó una fuerte patada en la cabeza, dejándolo noqueado». Entonces, continúa contando la AUGC, el agresor se abalanzó sobre el agente dándole varios puñetazos en la cabeza mientras se encontraba inconsciente, hasta que su compañero pudo quitárselo de encima. El agresor también lanzó patadas y puñetazos al segundo guardia civil, que cayó al suelo y donde el individuo igualmente trató de patearle, sin conseguirlo.
Tras el incidente, el hombre huyó del lugar, hasta que fue detenido unos días después y puesto a disposición del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Pozoblanco, cuya titula decidió dejarlo en libertad, con prohibición de acercarse a menos de 300 metros de los dos agentes o de comunicarse con ellos por cualquier medio.
El secretario jurídico en Córdoba de la Asociación Unificada de Guardias Civiles, Fran Cruz, ha declarado que «respetamos la decisión judicial, como no puede ser de otro modo, pero mostramos nuestra disconformidad con una medida que entendemos excesivamente benévola, y de hecho vamos a recurrirla, porque en este caso no habría estado de más decretar el ingreso en prisión provisional, teniendo en cuenta que la agresión a nuestro afiliado fue alevosa y muy peligrosa para su integridad personal, al haberse desempeñado el investigado con una violencia inusitada incluso cuando el agente ya estaba inconsciente y se encontraba indefenso, a lo cual debe añadirse que permaneció huido durante varios días».
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