Cuando el pasado 14 de marzo cerraron sus negocios, los empresarios lo hicieron sin tener una fecha marcada para la vuelta, muchos quizás no podían ni imaginar que estarían cincuenta días sin levantar las persianas de los mismos, sin abrir puertas para recibir a sus clientes. Hoy lunes era la fecha marcada en el Plan de Transición a la llamada «nueva normalidad» para que muchos de esos negocios pudieran recuperar parte de su actividad. Es un primer paso donde las citas previas son obligatorias, además de la desinfección de los locales y en el caso del textil, de las prendas de ropa.
Los responsables de los negocios han aprovechado los últimos días para poner a punto sus negocios y hoy tocaba abrir de nuevo las puertas de sus locales. Ha sido el caso de Laura Fernández, que abría a las diez de la mañana su zapatería -New Blucher- recibiendo las primeras llamadas para anotar en la agenda. «La verdad es que la gente se ha interesado más de lo que esperaba, abrir o no es una decisión muy personal, pero nosotros teníamos claro que desde el primer momento que pudiéramos íbamos a abrir», explica. Toca ponerlo todo a punto y atender a los primeros clientes que llegan, todo bajo «medidas que no son complicadas, porque las hemos asimilado e incorporado a nuestra rutina durante estas semanas».
Y es que los establecimientos dejan la vista, por ejemplo, el gel hidroalcohólico, tal y como establece la normativa. Por delante queda la incertidumbre de saber cómo va a responder el consumidor, si el miedo va retraer el consumo y cómo la crisis económica afectará al mismo. Son dudas e incertidumbres compartidas por muchos empresarios, como Vicenta Iglesias que hoy ha abierto su tienda, Urban Pozoblanco, a sabiendas de que «esta semana va a ser complicada, esperemos que a partir del lunes la gente se anime más». «Teníamos ganas de abrir, es nuestro trabajo, lo que nos gusta y aunque la situación es compleja, esperemos que la recuperación vaya dándose, aunque sea lenta», afirma.
Son sectores que acumulan pérdidas importantes porque muchas prendas de temporada se quedarán en el camino tras el aplazamiento de comuniones o bodas y la cancelación de fiestas que aportan importantes beneficios. «Para nosotros son muy importantes los eventos y no van a celebrarse, no sólo los familiares también las romerías o fiestas de los pueblos, que mueven mucho», apunta Iglesias a la par que señala los problemas añadidos que pueden llegar cuando el comercio abra a pleno pulmón en época de las rebajas de verano, afrontando promociones con las pérdidas ya acumuladas.
También ha recuperado parte de su actividad la peluquería ‘Dandy Barber Shop’ donde David Arenas atiende a un cliente mientras nos cuenta que «todavía hay miedo» y por eso «especificamos a todos nuestros clientes las medidas de seguridad e higiene que hemos tomado». Entre otras cosas, las citas previas se dan con el suficiente tiempo entre cliente y cliente para desinfectar los materiales utilizados, así como el propio espacio. Hay que garantizar la mayor seguridad posible en estos primeros momentos de recuperación de parte de la actividad, una actividad que llega con nuevos códigos y normas.
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