El carnaval es una fiesta que va más allá de un concurso o un certamen. El pasado sábado seis agrupaciones pozoalbenses presentaban el resultado de meses de ensayo arrancando unos aplausos que tuvieron su continuidad en el primer día de pasacalles. Sin embargo, detrás de cada agrupación hay otros trabajos que no siempre están tan reconocidos, que no reciben el aplauso directo pero que son vitales para engrandecer y entender la fiesta. Uno de esos trabajos lo firman aquellas personas que elaboran cada uno de los tipos que marcan febrero, aquellas cuyos ensayos se dirimen entre bocetos, patrones, agujas y retales. Carolina Sánchez es un ejemplo de ello y desde hace algunos años el pequeño taller que ha tenido que instalar en su casa acumula horas de trabajo que incluso le permitieron alzarse con premio Califato al mejor tipo en 2015.
La pasión por la costura le viene de lejos y el carnaval es un buen momento para poner en juego la creatividad que le permite crear un disfraz. Sin embargo, las cosas dan un giro cuando de disfraces propios y de los amigos recibe la llamada del director de la agrupación “Los Tunantes”, José Luis Ballesteros, para confeccionar el que sería su primer tipo. “José Luis suele tener las cosas muy claras, me explicó lo que quería transmitir con La Panacea, aunque también me dio libertad para poner o quitar lo que yo quisiera”, explica Carolina que después de pensar si podría abarcar ese volumen de trabajo decide dar el salto y asumir una responsabilidad que es parte del éxito de una agrupación porque “es muy importante que la idea quede reflejada en el tipo, que la gente capte la idea nada más que se alce el telón o con las primeras frases de la presentación”.
Aquel primer año salió y aunque Carolina reconoce que “quizás no conseguimos que de primeras se entendiera la idea”, la relación se establece y continua con La Terminal, aquellos jóvenes licenciados obligados a emigrar en buscar de oportunidades, una agrupación que caló como también lo hizo su tipo. “El tipo de La Terminal supuso un reto muy importante, era un tipo muy elaborado, con muchos elementos. José Luis quería un payaso basado en Charles Chaplin, con muchos elementos escolares y sin duda es el tipo que más me gustó hacer porque se prestó mucho a la fantasía y a la imaginación”. Las horas de diseño y confección le valieron aquel año el premio Califato al mejor tipo, un momento que guarda con especial cariño porque “los escuchamos todos en el camerino y fue muy emocionante”.
El camino hasta llegar ahí es largo y complejo porque una vez la idea se plasma sobre el papel hay que dotarla de contenido, buscar las telas que se adecúen a lo pensado, tomar medidas y empezar a convertir los retales en tipos. Meses de intenso trabajo en los que Carolina Sánchez se implica con la agrupación, acude a algún ensayo para ver si las letras pueden ayudarle a dejar claros los detalles y se convierte en una más del proyecto.
Este año no ha vivido ese ajetreo porque ha decidido tomarse un respiro y la confección la ha dejado a un lado, aunque no el carnaval. Carolina Sánchez firma las pelucas de la chirigota “Con la Iglesia habéis topao”, así como todos los complementos que ha lucido “La Peña El Bombo”, un trabajo con el que también disfruta, que también le obliga a ganarle horas a los días y a las noches y a mantener un nivel de exigencia impuesto personalmente pero también el que se suma el propio crecimiento de la fiesta.
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