Noche de Carnaval en Pozoblanco con el certamen que dio comienzo a dos fines de semana cargados del repertorio que chirigotas y comparsas ofrecen. Tipos que dieron juego y fueron exprimidos para hacer reír y también sirvieron para hacer de «cronistas» de la actualidad local.
Pocos se podían imaginar que la chirigota de «El Grifo» con su tipo «Los limítrofes» iban a intentar cruzar la delgada línea que separa Pozoblanco y Villanueva de Córdoba. Esa «enemistad» marcó un tipo que fue simpático de principio a fin y que permitió la interacción con el público con temas muy recurrentes. Pasó desde una presentación en la que estos jarotes tiraron a la cara de los tarugos sus razones para ser famosos, que pasan por Paquirri y poco más, pero que reivindican una Virgen de Luna a la «que se le ilumina la cara cuando va para Villanueva». En su presentación empezaron las primeras críticas a la gestión municipal con la no construcción de la residencia, el retraso a pago a proveedores, pero tranquilos porque «el alcalde por tu cumpleaños te felicita».
Los pasodobles estuvieron dedicados a los diez años de historia de esta chirigota y lo que ha significado para la misma cantar en el teatro «El Silo», un teatro lleno de magia que ha hecho a lo largo de los años a los componentes de la agrupación sentirse como «auténticos campeones». Bonito pasodoble también el que le dedicaron a la comarca, nombrando pueblo a pueblo y dejando claro que mal hace Córdoba si se olvida de su Norte. En los pasodobles más crítica política con la residencia no construida como recurso y con estribillo estableciendo conexiones entre el cariño de Shakira por Piqué y Santiago Cabello por Miguel Calero.
Con letra de Francisco Javier Vargas y Anastasio Pedrajas y música y dirección de José Luis Llergo, el popurrí de la chirigota siguió tirando del tipo con música muy pegadiza, con guiños a agrupaciones míticas del carnaval de Cádiz como Los Miserables o las Viudas de los Bisabuelos del 55 y con un final recurriendo a su potencia vocal.
La segunda agrupación de la noche fue «Los Batallitas» con más de dos décadas de carnaval a sus espaldas y con un bagaje más que consolidado. «Está chirigota está en obras», con letras de Pedro Guijo, fue la apuesta para un año en la que la chirigota tiró de «profesionales en lugar de albañiles» y que señalaron en la rapidez de la construcción del Burger King como referencia y una presentación, que como la chirigota anterior, también tiró de gestión municipal en su presentación con alusión al retraso de pagos del Ayuntamiento.
Primer pasodoble de la chirigota muy crítico comparando la rapidez para la construcción de algunos edificios y la tardanza de otros, con referencia clara para la residencia prometida. El segundo tuvo de telón de fondo a la igualdad con críticas al lenguaje que deja lo importante atrás, pero reivindicando también la aportación del hombre como aliado y no enemigo.
Tanda de cuplés muy completa con críticas al lenguaje inclusivo, las obras de la calle Celestino Martínez o la canción de Shakira con adaptación local y «hit del Santi sobre Eduardo» o la cena de empresa del Ayuntamiento que buscó un garito pero antes se fuero unos y por circunstancias de otros «pasé por el Burger King y estaba el alcalde cenando solo». Las nuevas elecciones también ocuparon parte de los cuplés con el desconocimiento de los nuevos candidatos. El estribillo hizo alusión a la rapidez de algunas obras como el Burger King y las obras del cementerio, nada más.
En el popurrí hubo espacio para la política local con muchas referencias a la marcha de concejales del equipo de gobierno y a algunos piques porque «Edu y Santi no se aguantaban o eso se comentaba». Al final, alegato para pintarse los coloretes y disfrutar del Carnaval.
Está chirigota está en obras
La única comparsa de la noche
«El show debe continuar», con música y letra de Fran Vélez y la colaboración de Álvaro Utrera, fue la única comparsa de la noche. Cuidada puesta en escena y voces muy afinadas que incorporaban a una mujer, Cristina Márquez. El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla, esa fue la consigna repetida tras la presentación y antes de iniciar la tanda de pasodobles. Primer pasodoble muy crítico reivindicando la no utilización de la bandera blanquiverde para luchas políticas, mientras que el segundo fue una reivindicación al amor propio para enamorarse «primero de uno mismo y luego de quien tu quieras».
Luego tocó girar la vuelta del circo para arrancar con la tanda de cuplés y «el azar» dejó un primero dedicado al funeral a la reina Isabel II vaticinando uno «más recogido» para el emérito, mientras que el segundo habló de una juventud que ahora no tiene Nivel 0 ni discotecas parecidas. El tercer binomio permitió hablar de Los Pedroches de mi corazón y su variedad temática, todos ellos cerrados con un precioso estribillo que terminó dejando claro que «no hay mejor forma de amarte que este show vuelva a continuar». Un tercer pasodoble abordó la violencia machista con crítica al periodismo que intenta ocultar esa realidad no llamando las cosas por su nombre y luego la comparsa se adentró en un popurrí lleno de musicalidad y potenciando la fuerza de la voces de la comparsa.
«El show debe continuar»
La noche cerró con la chirigota «Los Chunguitos» con su «Objetivo: la boda», fotógrafos que captan las imágenes del primer momento de la vida en común de los recién casados, tipo que ya defendieron en el concurso de Córdoba. Un tipo que dio para mucho en la presentación con todo el horario para hacer las fotografías. El primer pasodoble se cantó a modo de crítica y las no fotos a quien se gasta más en festejos taurinos que en cultura, a quien no da residencia a sus mayores clamando la falta de paciencia ante proyectos que no llegan en clara alusión al gobierno local. Segunda letra crítica para el gobierno de Juanma Moreno recordándole que las mayorías igual que se dan se quitan si no se cumplen con lo prometido. El tercer pasodoble fue dedicado a uno de los componentes de la agrupación, Antonio Bautista, por «tirar desde años del grupo» y «sus manos de pura poesía». Muy aplaudido el pasodoble como la tanda de cuplés que acabó con un estribillo pegadizo y muy al tipo.
Popurrí muy atado al tipo y con músicas muy reconocibles para estos fotógrafos mordaces que despertaron los aplausos de un público que cerró el Carnaval de teatro para dar el paso al de la calle. Y para ese momento una nueva fotografía, esos dos coloretes y un nuevo disfraz, en definitivo, un nuevo febrero.
Chirigota «Objetivo: la boda»
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