La atención psicológica a menores de 0 a 6 años de edad es una de los hándicaps que hasta el momento debe superar el Sistema Andaluz de Salud. Cuando un menor necesita de una terapia psicológica que no está catalogada como una patología, sino como un trastorno conductual, pensamientos que no corresponden con la edad, falta de habilidades sociales, falta de adaptación a los cambios y situación concretas, no existe un recurso claro al respecto en la atención primaria. Sí existe un protocolo, que es el que se aplica en la actualidad, que, en ocasiones, puede resultar insuficiente para algunas familias.
El protocolo sanitario en cuanto a la atención psicológica de menores de 6 años de edad establece que debe ser el pediatra quien derive el caso al equipo de Salud Mental. En concreto, en el Área Sanitaria Norte existe un equipo que está ubicado en el Hospital Comarcal Valle de Los Pedroches, donde además de un psicólogo y una psiquiatra, existe un equipo de enfermería y auxiliares a su cargo. Un equipo que atiende a toda la población del Área, es decir, la comarca de Los Pedroches y el Guadiato, con 80.000 habitantes en su conjunto. Esto provoca que las citas tengan una periodicidad espaciada en el tiempo, sin que esto menoscabe la atención que reciben en las mismas por el equipo de profesionales.
La pandemia mundial del Covid ha provocado una situación excepcional en la que muchas personas han manifestado ansiedad a la hora de volver a la tan deseada nueva normalidad y que están precisando de una atención psicológica para adaptarse a la nueva situación. Si para un adulto puede ser complicado adaptarse al cambio de hábitos que nos ha traído el coronavirus, extrapolar esta situación a menores que necesitan de unas pautas adecuadas a su edad, puede significar la necesidad de una atención más especializada.
En una de las visitas a Pozoblanco de la delegada de Salud en la provincia de Córdoba, María Jesús Botella, concretamente para reunirse con la concejalía de Familias del Ayuntamiento de Pozoblanco, se le planteó esté déficit de atención psicológica infantil en los recursos en al Área Sanitaria Norte, señalando que “es un servicio que se debe estudiar para el futuro”. Precisamente, la delegada provincial destacó que esa misma semana había mantenido un encuentro con la Asociación de Autismo de Córdoba, quien le había planteado en los mismos términos esa falta de atención especializada, a pesar de que existen protocolos sanitarios para los menores que sufren de TEA y Síndrome de Aspeger, y que además, se está formando a personal sanitario de atención de primaria para atender a estos menores.
Otro caso es el de los menores que presentan problemas conductuales o de adaptación y que no se incluyen en esos protocolos de Atención Temprana. Una familia, que prefiere mantenerse en el anonimato, ha solicitado esa atención psicológica infantil, una recomendación realizada por el tutor y por la dirección del colegio donde cursa estudios de Educación Infantil, al estar afectando esa conducta al progreso normal de aprendizaje, pero que al encontrarse en una etapa educativa no obligatoria, no puede acceder al equipo de Orientación y Refuerzo Pedagógico que se establece en la etapa de Educación Primaria. Derivada al equipo de Salud Mental del Hospital Comarcal Valle de Los Pedroches, en Pozoblanco, ha podido recibir atención por parte del psicólogo para una primera evaluación y recibir las pautas a marcar. Sin embargo, la progresión en las citas para un equipo que debe atender a una población en torno a los 80.000 habitantes podría parecer insuficiente, por lo que se podría demandar un área de psicología infantil. Una idea que no resulta descabellada si atendemos a la ansiedad que la nueva normalidad del coronavirus ha dejado en muchos menores.
Buscando una alternativa con una atención más constante, esta familia ha pedido ayuda al equipo de Servicios Sociales Provinciales, del Instituto Provincial de Bienestar Social, en el que sí existe un psicólogo infantil. No ha sido fácil la trayectoria para poder conseguir la atención, cuando para algunas familias el poder acudir a una consulta psicológica infantil puede resultar un privilegio, en términos económicos y de profesionales especializados, que no está al alcance de todas las familias, ni tampoco conocen todos los recursos a su disposición.
Quizás el número de casos de menores que necesitan atención psicológica a esas edades no es significativo, sin embargo, para las familias que lo requieren supone una necesidad a la que no se encuentra respuesta en el sistema sanitario público.
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