La renovación llega a las aulas y los profesores comienzan cada curso intentando innovar para encontrar nuevos caminos que acerquen el aprendizaje al alumnado con las herramientas que ofrecen los recursos de los que se disponen, sobre todo, lo que aportan las nuevas tecnologías. Podría pensarse, de manera errónea, que hay materias que se escapan de esa renovación y que están ancladas a un aprendizaje «reducido» a las clases teóricas. El profesorado del departamento de Historia del IES Antonio María Calero se planteó a principios de curso demostrar que esta materia puede aprenderse de manera divertida, con la implicación del alumnado y ocho meses después ese pensamiento transformado en trabajo ha dado sus frutos. Desde hace unos días, alumnos del centro se acercan a un episodio de tanta importancia histórica como la Primera Guerra Mundial a través de un juego que nace bajo los parámetros de la estrategia y que permite cambiar el propio curso de la historia siempre con los conocimientos adquiridos como base. Hoy nos trasladamos hasta las aulas y jugamos a «Cambiemos la historia«.
Ante nosotros se despliega un tablero con el mapa de la Europa de 1914, aparecen un centenar de soldados, elementos de batalla y los dados que nos permitirán ir realizando movimientos. Es inevitable aludir al juego de estrategia «Risk» para hacerse una idea del trabajo desarrollado durante el curso por el departamento de Historia. Y es que esa es la base que el grupo de trabajo formado por Manuel Vacas, Juan Bretones, José Manuel Briones, Ana Jurado y José Manuel Ramírez sigue para poner en marcha un proyecto con el que «pretendíamos que el alumnado se acercarse al estudio de la Primera Guerra Mundial de una manera lúdica», según nos explica Manuel Vacas. El grupo de trabajo se verá ampliado con la implicación del alumnado, vital para un juego coral con el que ahora disfrutan jugando las primeras partidas.
«Hemos recreado un tablero tipo Risk, ambientado en la Primera Guerra Mundial, con los bandos, el desarrollo, la tecnología y la cronología real para que el alumnado pueda experimentar y tomar sus propias decisiones», detalla el profesor de Historia que nos acerca a la mecánica del juego. «La partida empieza repartiendo soldados a cada uno de los jugadores y ellos dentro de sus países pueden hacer lo que estimen oportuno, tratar de conquistar otros países, eliminar al ejército enemigo o tomar las capitales del enemigo». Esa es la base de un juego en el que también se introduce la dinámica de las clases y ahí es donde aparecen unas casillas especiales cuya ocupación es indispensable para ganar la partida. Esas casillas están inspiradas en batallas reales, fuertes reales o misiones de espionaje reales y para hacerse con ellas habrá que contestar preguntas tipo test, saber hacer frente a un pequeño texto o acertar ante una imagen. Es aquí donde el juego, la estrategia y el aprendizaje se dan la mano.
La recreación ha sido posible gracias al departamento de Informática del centro con la impresión de algunas piezas en 3D y a la implicación del alumnado que ha sido pieza fundamental para desarrollar un juego que se quedará para futuros estudiantes que se acercarán a la Primera Guerra Mundial a base de estrategia. Pero volviendo a la partida nos encontramos la posibilidad de ir comprando mejoras, de avanzar y desbloquear situaciones y también de hacer frente a un eje cronológico que puede marcar nuestro destino. Cada partida es una historia diferente, nunca mejor dicho, porque los jugadores pueden cambiar el curso de la Historia, cambiar las alianzas y enfrentarse a cada una de las decisiones que van tomando con el objetivo de aplacar al enemigo y alzarse con la victoria final.
Manuel Vacas relata las bases del juego como si estuviera desplegando a los soldados a través del tablero o viendo la cara de satisfacción de sus alumnos porque si ante el resultado muestra satisfacción más lo hace ante la respuesta de los alumnos de 4º de ESO y 1º de Bachillerato, aunque el juego está más enfocado para este último curso. «Nos ha sorprendido a todos los profesores, estábamos deseando mostrarles el juego porque aunque ellos han ayudado realizando muchos elementos no habían visto la totalidad del juego. Además, es una forma de saber lo que han aprendido y comprendido de la Primera Guerra Mundial», apunta. Y es que el profesor defiende una máxima, el de enfocar la enseñanza de la asignatura de Historia como una materia que tiene plena repercusión en nuestro presente y en nuestro futuro.
Ahora, en el IES Antonio María Calero la Historia se aprende también a través de un juego que tiene el sello del profesorado y alumnado del centro, que ya forma parte de las herramientas para acercarse al estudio y comprensión de la Primera Guerra Mundial. ¿Quién dijo que la Historia era aburrida?
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