El Club Deportivo Pozoblanco tendrá que afrontar de nuevo un choque muy desigual, con la clasificación en la mano, ya que mañana (12:00 horas) recibe a un Cádiz B que ocupa la tercera posición en la tabla y que ya endosó un claro 4-0 a los pupilos de Mario Rojas en el partido de la primera vuelta. No llegan los blanquillos en su mejor momento tras dos derrotas consecutivas y la sensación de que hay jugadores que pueden dar más, o al menos, eso es lo que dice el técnico del equipo.
Una situación con la que Rojas no quiere eludir responsabilidades pero que si lamenta porque «la falta de efectivos está haciendo que haya jugadores que sepan que van a jugar y probablemente se estén acomodando y no estén dando todo lo que deberían dar, sobre todo fuera de casa». Le preocupa al entrenador la faceta psicológica y anímica de los suyos y por eso esta semana ha vuelto a mantener una charla con los suyos para analizar los problemas y repartir responsabilidades y «sacar conclusiones».
Y si en lo anímico el equipo no pasa por su mejor momento tampoco lo hace en lo deportivo. Rojas sigue pidiendo a gritos unos refuerzos que estaban previstos para esta semana y que no llegarán, al menos, hasta el martes. Ese día, el técnico espera que se cierren los fichajes de Antonio Vega y Pedro Jesús Arévalo, ambos ya bajo sus órdenes en los entrenamientos, pero que aún no están disponibles por lo que el entrenador tendrá que volver a luchar para realizar la convocatoria.
Con todo, ha sido una semana mala en lo deportivo ya que son muchos jugadores los que se han perdido algún entrenamiento por molestias físicas, a lo que hay que unir las bajas conocidas de Silva -que tiene para dos meses- Molero, Rafa y Miguel por lesión y Paleta por sanción. «Además, Alberto no se ha entrenado, Fran lo ha hecho al cuarenta por ciento, Sergio tampoco ha entrando y Carlos Javier se ha dado un golpe en la rodilla», indicó Rojas, que también ha tenido que hacer frente a los procesos gripales típicos de esta época del año y que ha afectado a varios jugadores. «Sabemos lo que había pero es cierto que nos está mirando un tuerto», se quejó Rojas que aunque no quiso desvelar su once inicial si apostó por «salir presionando arriba, a sus centrales para intentar buscar nuestras opciones».
Unas opciones que pasan por plantarle cara a uno de los equipos «que mejor fútbol hace» y que basa su juego en «sacar el balón bien jugado desde atrás, internadas rápidas por las bandas, además de que es un equipo que busca muy bien la espalda a los centrales». De todo eso tomó buena cuenta en el choque que jugó el Pozoblanco en tierras gaditanas de donde salió goleado por 4-0. Una goleada que se une a las que viene recibiendo el equipo cada vez que juega como visitante, una situación que está haciendo mella pero que no reduce el ánimo de un Rojas que no piensa en arrojar la toalla.
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