Hoy estaba más claro que ningún otro día. La lluvia no dio ni un respiro y desde primera hora se sabía que la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Jesús Resucitado y Nuestra Señora Santísima de Luna no pisaría las calles de Pozoblanco. A las doce y diez se hacía oficial la noticia y Santa Catalina se quedaba pequeña para los numerosos ciudadanos que quisieron vivir la estación de penitencia de otra manera.
La Cofradía decidió que se tocaran diversas marchas en el interior del templo y que los costaleros «bailaran» los pasos de las Tres María, la Virgen de Luna, y el «Resucitao». Tanto los ciudadanos que acudieron a ver el momento como los integrantes de la Hermandad disfrutaron de más de una hora de música y de las diferentes imágenes, tiempo que se alargaron las diferentes marchas tocadas. (VER VÍDEO)
De esta manera, se puso fin a una Semana Santa muy poco lucida y que tan solo permitió ver en su plenitud la procesión de «La Borriquita», la de la Cofradía del Silencio y la de la Madrugá. El Martes Santo ni Jesús Nazareno ni Los Dolores pisaron la calle, mientras que el Miércoles «El Medinaceli» salió tan solo a hacer una reverencia al numeroso público que se congregó a las puertas de San Bartolomé. Más arriesgada fue la cofradía de «La Caridad», que salió ese mismo día pero que tuvo que suspender su estación de penitencia, acabando el Cristo en una cochera. Algo parecido le pasó a La Amargura, que vio acortado los tiempos de su desfile procesional ante la lluvia que comenzó a aparecer a su paso por Santa Catalina. Desde ese momento, la rapidez se impuso para evitar sobresaltos.
También el agua impidió que el Santo Entierro acabara con normalidad su recorrido y ni siquiera realizó Carrera Oficial. Ya por la noche, la Hermandad de La Soledad no se lo pensó, al igual que hoy la del Resucitado.
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