Nada en política es casualidad y seríamos ingenuos al pensar que nuestros políticos se ven envueltos en cuestiones del destino para justificar sus decisiones. Nada es casual y mucho menos la imagen que se quiere proyectar y que se quiere destacar de los demás. Hay quien nos responsabilizará a quienes nos dedicamos a esto de ver fantasmas donde no los hay, pero esa es otra historia. La pasada semana, el alcalde de Pozoblanco, Emiliano Pozuelo, insistía en un programa en Cope Pozoblanco en algo que ha dicho en más de una ocasión, en los dos ritmos que parecen gobernar el Ayuntamiento de la localidad. Dos ritmos, por supuesto, que se ajustarían a los dos grupos que manejan el “cotarro” en la política pozoalbense. En esas declaraciones, Pozuelo iba algo más lejos y puso el cascabel al gato indicando que la concejalía que no se ajusta al ritmo deseado es la de Urbanismo, o al menos una de ellas. Ayer en la sesión plenaria la oposición escenificó eso mismo y dejó claro que el punto débil viene de un lado.
Para constatar lo que acabo de afirmar expondré un dato, de las diecisiete preguntas que los diferentes grupos municipales realizaron en el apartado de ruegos y preguntas, diez abordaron cuestiones de esa área. El resto tuvieron que ser contestadas por miembros de la bancada popular, a excepción de cuando el alcalde entró “al rescate”, mientras que los tres concejales de Pe+, Rosario Rossi, Pedro García y Modesto Sánchez, asistieron como meros espectadores a una sesión plenaria que dejó otras realidades. La primera ya la he dicho, o la he insinuado, el desgaste del equipo de gobierno vendrá por un lado y al parecer nadie tiene reparo en que sea así, a excepción de los propios implicados, y las estrategias políticas entrarán en juego a su debido tiempo.
La segunda realidad es que estamos en una localidad en la que en muchas ocasiones se gobierna a golpe de improvisación –esto no es nuevo- y para ello expondré también algunas de las afirmaciones o situaciones que se reflejaron en la sesión plenaria. Pozoblanco tiene varios problemas, entre ellos la falta de aparcamiento en el centro, algo común a numerosos municipios españoles. La diferencia estribaría en que en Pozoblanco nos hemos acostumbrado a las normas pasajeras, a las decisiones basadas en ideas peregrinas, en golpes de efecto que se convierten en defectos. Ayer pudimos saber que ante la campaña de Navidad habrá que volver a tener cuidado con la zona azul porque a petición de los empresarios se volverá a hacer hincapié en que el periodo restringido se cumpla. Eso después de que desde hace meses una se pasee por esa misma zona azul y vea a los mismos vehículos aparcados en los mismos sitios en horario comercial o de 8 a 15 horas. El concejal del ramo, Manuel Cabrera, ya dijo abiertamente en este periódico que la ordenanza no se estaba cumpliendo y que andaban buscando soluciones. Es decir, que los pozoalbenses estamos en manos de la arbitrariedad de quien nos gobierna y son ellos los que determinan cuándo se aplican las ordenanzas y cuándo no.
Más. Sorprendieron también, por segundo pleno consecutivo, las cifras que el equipo de gobierno maneja para aprobar ciertos proyectos a entidades privadas. 30.000 euros para Pozoblanco Educa, 10.000 euros para el programa ‘Caminos Escolares’… Y suma y sigue… Dejando a un lado una cosa que me parece básica y es que cada empresa le pone precio a su trabajo me asaltan muchas dudas sobre este tipo de gestión. La primera es la capacidad que tiene el actual equipo de gobierno de saber hacia dónde va y no sumarse y subirse a ciertas propuestas fácilmente vendibles a nivel de márketing y que dejan muchas dudas sobre su desarrollo. Una idea que tiene una doble vertiente y es que si los responsables políticos tuvieran las ideas claras podrían lanzarlas y abrir el abanico a más de una empresa. La segunda se centra en el trabajo propio del Consistorio, ¿no hay un solo proyecto que nazca y se desarrolle en un despacho de ese Ayuntamiento? Curioso. La tercera es si se tendrá la capacidad de determinar el éxito o el fracaso de ciertas iniciativas porque como decía ayer un edil Pozoblanco está adherido a todo, ciudad amiga de la infancia, ciudad educadora, ciudad de los ancianos y hasta de las estrellas… Pero, ¿qué hay de nuestros problemas, los que marcan nuestro día a día?
Emiliano Pozuelo, en las mismas declaraciones que he citado al inicio de este artículo, dijo que nuestro principal problema era el paro –razón no le falta- y que de nada sirven ciertas actuaciones si esta situación no es capaz de revertirse. Puso como ejemplo algunas de las obras que podrían ya estar en marcha y que no lo están como un recurso para generar puestos de empleo mencionando la remodelación de la Avenida Villanueva de Córdoba, el Centro de Mayores, la actuación sobre el Mercado de Abastos y la que está prevista sobre el Centro de Salud. Casi 18 meses de legislatura consumidos y a algunas de esas inversiones aprobadas aún se le están dando vueltas.
Decía antes que ayer quedó meridianamente al descubierto un secreto a voces para las personas que tienen contacto y trabajan de una u otra manera con el equipo de gobierno, que la distancia entre Partido Popular y Pozoblanco en Positivo es más que evidente por una simple cuestión de entender el trabajo o porque las expectativas de unos no se están viendo cumplidas por el trabajo de los otros –coloquen cada uno en el sitio que quieran-. Ayer, Emiliano Pozuelo contestó a Benito García achacándole, sin utilizar la palabra, un argumento muy popular, el de la herencia recibida. No puede utilizar el mismo argumento cuando se le piden explicaciones de por qué ciertas cosas no funcionan o como él mismo dice por qué el Ayuntamiento funciona a dos ritmos. Aunque la parte que se dejará caer en el abismo será una y se vio ayer, la responsabilidad será común. Eso estaría bien tenerlo presente.
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