Llevar hasta las casi tres horas el orden del día de un pleno tiene sus consecuencias. La principal es que cuando llega el apartado de ruegos y preguntas, momento para que la oposición pueda lucirse y poner en jaque, si hay motivos para ello, la labor del equipo de gobierno, es que las fuerzas ya flaquean. Ayer si se hubieran vendido entradas, se hubiera colgado el cartel de no hay entradas. Eso sí, las críticas y crónicas de hoy serían malas porque el pleno lo acabaron, además de los corporativos, seis asistentes y los propios medios de comunicación. Es decir, normal que las ganas se vayan diluyendo conforme los minutos avanzan.

De ese apartado de ruegos y preguntas habría que destacar que nos enteramos del proceso de negociación entre el responsable de personal, César Bravo, y el colectivo de funcionarios que se sumaron a las protestas -aunque algunos aguantaron lo justo-. O igual no nos enteramos, porque cuando fue cuestionado Bravo explicó que «yo tampoco sé lo que hacían aquí porque esta misma mañana hemos llegado a un acuerdo referente a la jornada laboral, también me ha pillado por sorpresa, me supongo que pedirán temas relacionados con una subida salarial». Lo que sí quedó clarito es que «este no es el momento para pedir estas cuestiones» y que el problema tiene «difícil solución».

Asistimos, y que se hagan apuestas para ver si hay un pleno donde no se toque este tema, al enésimo rifirrafe entre Pablo Carrillo y Baldomero García por la peatonalización de la calle Mayor. Y mira que el principio fue sosegado y en un clima nada hostil. Lejos de dimes y diretes lo cierto es que se escuchó decir al primer edil que la peatonalización no es ninguna «cabezonería» suya y que «siempre hemos dicho que pasado un tiempo prudencial no nos negamos a realizar un informe serio e incluso a realizar una consulta popular». Claro, que el problema es el matiz de tiempo prudencial.

También nos estamos acostumbrando a que cada noche de pleno vuelva un clásico. Ayer le tocó al tema de las palomas. ¿Quién no se acordó de los «duelos» protagonizado por Francisco López y Manuel Cabrera? Bueno, que no hay manera de disminuir el número de palomas como tampoco lo hay de eliminar la suciedad del pueblo, algo de lo que todos los grupos políticos se quejan. Entre las palomas se colaron las heces de los perros y la escasa concienciación de sus dueños. Puestos, también podrían haber hablado de las que dejan los caballos.

En fin.Que lo mejor de todo fue que una vez terminado el pleno nos quedamos con la sensación de que nos queda uno para poder tomarnos un mes de descanso.