El sector agroganadero tomó en 2024 el mundo urbano trasladando sus reivindicaciones hacia núcleos de población que miraron hacia problemas que les afectan, pero desde la lejanía. Unas protestas que también tuvieron su eco en la comarca de Los Pedroches, un territorio eminentemente ganadero que ahora afronta el recién estrenado 2025 con algo más de optimismo por circunstancias propias y todo lo que afecta al sector. Hablar de ganadería en Los Pedroches es hacerlo de vacuno de leche y ahí ese optimismo es tal porque se vive una especie de calma después de ciertas complejidades.

Ese optimismo relativo viene motivado por varias circunstancias que detalla Juan Francisco Sánchez, ganadero y presidente de Afrido, que señala que «las materias primas, el coste de producción, se han estabilizado, no hay expectativas de que el coste de producción suba». Un hecho que llega después de la producción de las primaveras y que los comercios internacionales también marquen cierta estabilización. Ese es un primer factor al que hay que sumar que el precio de la leche y de la carne -importante también para el sector lácteo- está marcando «una tendencia a mantenerse».

El mercado demanda leche para mantequilla, principalmente, y se está en una situación de «producción contenida, no de sobreproducción, por lo que el precio tiende a mantenerse». A eso hay que unir que el precio de la carne, está subiendo de «manera alarmante» para el consumidor, pero «de manera positiva para el ganadero», por lo que empiezan a aparecer, de nuevo, los márgenes de rentabilidad que nacen de todas estas circunstancias.

No todo es positivo porque es cierto que «se está perdiendo mucho tejido ganadero productivo, hay menos oferta, pero está subiendo el precio de la carne». Aunque no es el ingreso principal, todo suma para los ganaderos que «estamos sobreviviendo», porque esos márgenes y esa ganancia en rentabilidad está permitiendo que «se generen inversiones en las ganaderías, que se amplíen los procesos de inversión hacia la sostenibilidad y también subiéndose al carro de las tecnologías». «Las granjas que nos estamos quedando van a ser granjas más sostenibles y ofertando un trabajo de mucha más calidad al mirar el tema de la tecnología», explica.