Con la hoja de la ruta y el mapa en mano, muchas han sido las personas que durante el fin de semana han aprovechado para visitar las Muñecas de San Isidro en Pozoblanco. Asociación por asociación, se iban contemplando, valorando y admirando las creaciones realizadas por quienes siguen empeñados en mantener una tradición que finalizó el sábado al anochecer con la tradicional quema de muñecas.
En ese momento, el trabajo de semanas quedó reducido a cenizas. Antes, muchas fueron las personas que pudieron conocer las diferentes propuestas con las muñecas ataviadas para ir a la feria, para pasar consulta, para reivindicar su pertenencia al sur o entre un patio al más puro estilo cordobés como estuvo la muñeca de la Asociación de Vecinos de San Gregorio, una de las más destacadas de la muestra. Con sus trajes hechos a medida utilizando diferentes elementos, las muñecas lucieron durante tres días como cada año desde hace muchos.
Sin embargo, entre las conversaciones que se escuchan entre quienes visitan y quienes se encargan de mantener abierta las muñecas hay varios reclamos para que la tradición se siga manteniendo. El primero, el intentar que haya un relevo generacional, que la gente joven se involucre y «arrime el hombre». El segundo, buscar incentivar la muestra y recuperar los premios para diferenciar y mejorar el trabajo de todos. Son propuestas de quienes mantienen vivas las Muñecas de San Isidro.
Y si hubo gente con el mapa en la mano para no dejarse atrás ninguna muñeca, también fueron muchos los que acudieron a la quema donde el fuego se lo llevó todo, menos las ganas de seguir manteniendo las tradiciones, aunque cueste y a pesar de las dificultades.
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