Un cuarto de siglo de vida y más vivo que nunca. Esa es la sensación que queda del Festival de Música Tradicional Folkpozoblanco tras la celebración de la que ha sido su veinticinco edición. Cada uno de los espectáculos propuestos por la organización e incluidos en la programación ha contado, a lo largo de tres días, con el beneplácito de un público que el sábado volvió a llenar el patio del edificio de «La Salchi» para ver a Aliara y al grupo toledano, Vigüela.
Los siete componentes de Aliara volvieron a contar con el respaldo de un público que disfrutó con cada uno de los temas interpretados por el grupo e introducidos con aportes sobre la música folk, sobre la propuesta del grupo, sobre historias de su repertorio, con reivindicaciones sobre el trabajo que viene realizando Aliara o simplemente con dedicatorias, como la que José María Sánchez quiso hacer a las madres de los componentes del grupo.
Pero Aliara no estuvo sola sobre el escenario. Jaime Lafuente se subió al escenario para cantar dos canciones con el grupo local, que también disfrutó con «Danzas Marquesa de Benamejí», que se atrevió a bailar algunas piezas con ropa de calle. Otra de las reivindicaciones de la noche porque «si las sevillanas se pueden bailar sin el traje de faralaes, por qué no se va a poder bailar la jota en vaqueros».
Aliara se despidió con la Jota de Pozoblanco, prometiendo volver y dejando paso al segundo grupo de la noche, Vigüela que pusieron sobre las tablas del escenario el folk castellano-manchego, poniendo así el broche de oro a un Folkpozoblanco que ha vivido momentos para el recuerdo protagonizados por Los Sabandeños, La Parrús Dixie Band o Trencaclosques.
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