El Villa de Aranda ejerce de equipo de Asobal y pone fin al sueño copero del Balonmano Pozoblanco (25-35)

Terminó la aventura copera para el Club Balonmano Pozoblanco tras caer de manera clara frente al Villa de Aranda de Asobal, que llegó a la localidad vallesana a por todas como demostró desde el inicio del choque. Los visitantes impusieron un alto ritmo de juego y aprovecharon un excelente acierto a la contra para poner contra las cuerdas a su rival a las primeras de cambio. Con todo, el cuadro adiestrado por Miguel Ángel Moriana tuvo opciones, si no de llevarse el partido, sí de ponerle las cosas más difíciles a los de Aranda pero los fallos en momentos clave y el mal día en portería lo impidieron.

A dos velocidades diferentes jugaron los dos equipos en el inicio de la contienda. El cuadro de Aranda tuvo clara la consigna a seguir, aprovechar cualquier pérdida o fallo en la faceta ofensiva de su rival para montar una contra detrás de otra. Y con la lección bien aprendida tan solo hubo que llevarla a cabo ante las dudas que presentó el Balonmano Pozoblanco en este arranque con un juego mucho más pausado, moviendo entre sus primeras líneas y buscando cualquier lugar para hacer daño a la defensa visitante y perforar la meta defendida por Ricardo Amerigo.

Esos dos ritmos provocaron que los de Jacobo Cuétara tomaran las primeras ventajas en el marcador con una defensa 6-0 que le funcionó, además gozaron de su primera superioridad cuando aún no se había cumplido el minuto dos de juego con la exclusión de Ángel Povedano. La situación obligó a Miguel Ángel Moriana a solicitar un tiempo muerto en el minuto 7 (2-6) que aprovechó para dar entrada al francés Mathieu en el extremo en sustitución de Nacho del Castillo.

Amago de remontada

Conforme fueron pasando los minutos, el Balonmano Pozoblanco encontró algo más su juego, coincidiendo con una mayor aportación de los extremos porque se contó más con ellos y también con goles desde la posición de pivote que ocupó en el segundo tramo de la primera mitad Paco Bustos. También hubo cambio en portería, ya que Federico Sincich no estuvo muy acertado y Víctor González entró en su lugar cuando restaban diez minutos para el asueto y aunque entró parando el primer disparo, luego tampoco pudo evitar que el Villa de Aranda volviera por sus fueros, eso sí, con un ritmo más pausado.

Los locales lo intentaron de la mano de Agus Casado que se colocó en la posición de central y con los lanzamientos de Alberto Requena y la entrada otra vez de Nacho del Castillo en la posición de extremo. Sin embargo, los blanquillos no aprovecharon las oportunidades de las que gozaron para reducir las diferencias ante un Villa de Aranda que sí aprovechó las suyas con pleno acierto desde la línea de siete metros y sacando rédito de las pérdidas de su rival. En el tramo final del primer acto llamó la atención la cantidad de exclusiones que señalaron los colegiados con criterios excesivamente rigurosos.