Emmanuel Vioque fue elegido hace unas semanas coordinador local de Izquierda Unida en Pozoblanco, una formación en la que milita desde 2016. Doble grado en Derecho y Ciencias Políticas de la Administración por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, este joven pozoalbense de 25 años tiene claro que las cosas hay que cambiarlas involucrándose, no al margen. Eso fue lo que le llevó a militar y cinco años después a aceptar la responsabilidad de la coordinación local del partido. Con él hablamos del paso dado, de posibles escenarios y de la actualidad política en la localidad.
Pregunta: ¿Qué te lleva a dar el paso de formar parte de Izquierda Unida y hacerlo de una manera tan activa?
Respuesta: El primer momento fue en las segundas elecciones generales de 2016, después de ver los resultados, hubo momentos de reflexión. Estaba haciendo Ciencias Políticas y me planteé que nada cambiaba porque volvió a ganar el PP, pensé que si no participaba era muy difícil cambiar algo. Lo fácil es quejarse y no llegar a participar. Decidí entonces militar en Izquierda Unida y este año cuando llegó el momento de renovar la ejecutiva pensaron que podía ser el coordinador. Acepté, me eligieron y contento por la parte que me toca.
P: Me supongo que puede influir estudiar un grado como el de Ciencias Políticas.
R: Cuando empiezas la Universidad todo es mucho más pasional, parece que se acaba el mundo en esos cuatro años, pero es verdad que cuando empecé fueron años a los que yo miro con cierta tristeza. Había un debate con cierto fondo, surgió Podemos, Ciudadanos dio el salto a la esfera nacional, después hubo la moción de censura. Fueron años de debate y los profesores nos daban espacio para debatir. Lo bueno de Ciencias Políticas no es tanto lo que puedas aprender de filosofía o teoría política, sino que te da las herramientas para seguir profundizando.
P: ¿Cómo están siendo estas primeras semanas de trabajo?
R: Vamos poco a poco, se trata de ir tomando contacto. El sábado tuvimos una movilización en Sevilla por la Memoria Democrática, el día 19 en el Hospital por la Sanidad Pública. Vamos entrando, tomando contacto, hablando con diferentes personas que forman parte del partido para sacar proyectos hacia delante o realizar cualquier acción que estimemos oportuna.
P: Sucedes en el cargo a Miguel Calero, todo un peso pesado de la política pozoalbense. ¿Añade eso más responsabilidad o por el contrario uno aprovecha para aprender?
R: Con Miguel es imposible no aprender, desde el minuto uno. Lo que más me sorprendió cuando entré en IU fue la capacidad que Miguel tiene para manejar temas complejos, sin haber estudiado Derecho. Ese año yo estudiaba Derecho Administrativo y me costaba seguirle el hilo, a pesar de que tenía fresca la asignatura. Pero no es un reto suceder a nadie, es un reto hacerlo como mínimo como lo han hecho ellos, Miguel, José María Moyano, Tadea González, y otros.
P: ¿Que retos tienes?
R: El reto es mantener, al menos, lo que se ha tenido hasta ahora. Parece que los partidos están ahí y ya, pero llevan muchas horas detrás, tienes que dejar cosas que te interesan, a tu familia, por llevar algo hacia delante. Sé que es mucho el trabajo, queremos mantenernos y ampliar nuestra base social, claro que sí. Lo importante es que el legado se mantenga.
P: Y el hecho de que la ciudadanía le pueda situar ya como candidato en unas elecciones, ¿eso pesa?
R: No, la verdad es que no porque el contexto de cada uno se tiene que ir plasmando y desarrollando. Más allá del coordinador, para la ciudadanía es importante el proyecto que tenemos como IU. Dentro de dos años puede que sea yo el candidato o puede que sea otra persona. Lo importante es que estoy aquí ahora, soy el coordinador, pero lo que vale es tener un programa, un modelo de pueblo, algo que han defendido otras personas de la formación y que seguiremos haciendo los que venimos y los que vendrán.
P: Precisamente esa es una crítica que se hace mucho desde IU, la falta que a vuestro juicio han tenido los últimos equipos de gobierno para plantear un modelo de pueblo. ¿Por dónde pasa ese modelo para ti y para IU?
R: Lo primero es que tenemos que ser conscientes de lo que somos y dónde queremos llegar. Hablamos de avanzar, de digitalización, de muchas cuestiones en las que estoy de acuerdo, pero si no partidos de la base de que hay que cubrir las necesidades básicas que tenemos aquí, mal vamos. La juventud se marcha, muchas personas de las que salen a estudiar no vuelven porque no hay oferta laboral. Hay que ver que hace muchos años que no salen Escuelas Taller, hay sectores como la herrería, la fontanería, la albañilería que no tienen gente y desde el Ayuntamiento tampoco se promueve. No se trata de romper con la identidad de pueblo, sino tener claro cómo evolucionar dentro del pueblo a lo que queremos llegar a ser. Y desde luego nunca podremos ser algo si no nos adaptamos a la realidad actual. La mayoría de gente que va a quedarse aquí no va a montar una startup, ni una aplicación, pues vamos a darle cobertura laboral a la gente que se quede aquí, con las necesidades que tiene Pozoblanco. Después hay que desarrollar para atraer, pero hemos cambiado una dinámica de hace unos años que crecíamos a una dinámica donde perdemos población. Con esa realidad, primero tendremos que retener lo que tenemos y luego seguir avanzando para que ese talento que se va pueda volver, al menos en un alto porcentaje.
P: ¿Qué alicientes tiene la gente joven para quedarse en sus pueblos?
R: Lo primero, amor a sus raíces. Evidentemente, marca tener un trabajo, es cierto que influye el hecho de que cuando te vas a estudiar te das cuenta de que muchas opciones aquí no tienen cabida o cobertura. Pero la gente que se queda es difícil darle un aliciente, porque no nos adaptamos a esa realidad que explicaba antes.
P: ¿Cómo ves la política local actual?
R: Convulsa, difícil y, sobre todo, paralizada. Es una pena porque podrían ser años buenos, aunque el Covid ha afectado de forma brutal tanto a la población como a la economía, sí que hay una cosa muy positiva y es que se ha levantado el límite del techo de gasto. Esa era una oportunidad buenísima para que Pozoblanco hubiera invertido sus ocho millones de euros de remanentes que tiene en infraestructuras, pero si no tenemos ningún proyecto, no vamos a empezar ninguna obra. Eso respecto a la parálisis, luego está la lucha de egos dentro del equipo de gobierno y la lucha contra los funcionarios, es algo que no merece ni una mención política, se descalifican ellos mismos cuando salen a un pleno a arremeter contra todos. Qué más quisiera IU tener capacidad para poder impedir o aprobar algo, pero ellos tienen mayoría absoluta para poder sacar los proyectos hacia adelante. Creo que tienen que señalar a los enemigos fuera porque saben que son ellos mismos y tiene que activar el ventilador para descargarse la culpa.
P: IU dibuja un equipo de gobierno que no podemos olvidarnos que consiguió una mayoría absoluta inédita hasta el momento para el PP.
R: Hay un contexto político que es importante, que no se puede dejar escapar. La fragmentación del equipo de gobierno anterior, con PP y Pozoblanco en Positivo, ese calado de votos volvió en parte al PP, formaban parte del mismo equipo, el PP tuvo la alcaldía los dos últimos años y la gente que depositó su confianza en Pozoblanco en Positivo permitió al PP tener un gran calado de votos. Me hace gracia también que se hable de gestionar o de nueva política cuando aquí se ha hecho la política más bananera que hemos tenido, es decir, prometer porque hemos entrado a renovar la política, pero ya se sabía que lo que se estaba prometiendo era imposible. Era imposible que en mayo de 2019 la residencia fuera una realidad. Hay que reconocer que Santiago Cabello es muy buen relaciones públicas y se supo vender a la ciudadanía, pero ese tipo de políticas se caen dos años después como castillos de naipes. Subes muy bien, pero cuando la realidad llega y te golpea también hay que hacer frente. Y ese es el problema que tienen ahora, cuando un gobierno es tan personalista todos los aciertos van a ser tuyos. Esa victoria es suya, pero cuando se es tan personalista los errores también son tuyos, no podemos decir que ahora los errores son de los demás.
P: Y esa apuesta de los partidos políticos por la juventud a nivel local, ¿la ve real o como algo más de cara a la galería?
R: Depende de cómo lo trate el partido. Es verdad que puede contactar con alguien porque quieras influir en gente joven, pero si vas a contar con la gente joven sólo para que aparezca en una lista y no le vas a dar voz, no vas a escuchar sus propuestas. Eso ya es problema del partido. Otra cosa es que te acerques a un partido y seas uno más, que aportes tus ideas, ser algo más que un escaparate electoral. En IU puedo decir que se nos escucha.
P: ¿Qué piensas del momento de polarización que vivimos en la actualidad?
R: Yo reniego mucho del efecto de la polarización porque conduce de forma irremediable a una fractura y creo que hay discursos que son muy peligrosos. Por ejemplo, que un gobierno, el que sea, llegue a gobernar a través de unas elecciones llegando a los acuerdos que sea o a través de una moción de censura, que dentro del propio Parlamento se diga que un gobierno es ilegítimo cuando lo elige el propio Parlamento, eso no puede ser bueno para la política, ni para la sociedad. Estamos dando pie a que el proceso democrático no valga, provoca que hagamos una política de bandos, esos son discursos que rompen la convivencia. Pero no solo en la derecha, sino también la izquierda tiene ciertos debates o ideas que se dicen y que conducen a lo mismo. Soy muy poco partidario de gobernar en caliente, de decir algo que sabes que va a abrir los telediarios o los periódicos, porque eso igual no genera un efecto inmediato, pero sí a largo plazo algo que para la democracia es muy malo.
P: Hablaba de fragmentación, es casi imposible no aplicar esa palabra a la izquierda. ¿No te decepciona este hecho en todos los procesos o intentos que se han tenido en los últimos años?
R: Decepciona la forma, no el fondo, el fondo es bueno. Tenemos la capacidad de pensar y lo hacemos, pero la forma no está bien. Muchas veces los partidos terminan rompiéndose por cotas de poder. Dentro de la izquierda, como ha pasado en Andalucía con Teresa Rodríguez, hay una parte que no es capaz de tener un discurso constructivo, parece que solo están a gusto en una oposición constante y cuando la ciudadanía te da la oportunidad de gobernar se retrocede. Los debates son buenos, las formas en las que se hagan no todas valen. La fragmentación de la izquierda parece algo endémico. Solo una persona consiguió unirla, Julio Anguita, y no sé si aparecerá otro.
P: Volviendo a la responsabilidad adquirida, ¿se prepara uno para lo que se le viene encima, para las críticas?
R: No lo pienso, la verdad. Al final la política, aunque parezca una tontería, nunca se puede llevar al terreno de lo personal. Obviamente va a haber personas a las que no le vas a gustar, pues ya está. Nada más allá de eso, nunca me lo llevo a un terreno personal, ni para lo bueno ni para lo malo. Lo importante es que sepas lo que quieras, tu discurso sea coherente acorde a tus ideas y las críticas y alabanzas van aparecer.
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