La semana pasada, Félix Ángel Moreno Ruiz presentaba su novela «Estaré esperando para matarte«, donde los seguidores del inspector Homero de «Un revólver en la maleta» podrán seguir disfrutando de sus investigaciones. El escritor pozoalbense vuelve a contextualizar su obra en la Córdoba de principios del siglo XX, donde sitúa dos historias separadas en el tiempo y sin aparente conexión que «deparan al lector una novela apasionante y repleta de sorpresas». Hoy nos acercamos a este escritor que prefiere escribir a publicar y que ha centrado su ficción en la novela negra «más allá de modas».
Pregunta: Estaré esperando para matarte es el título de su nueva novela. ¿Qué nos puede decir de las nuevas aventuras del inspector Homero?
Respuesta: Es una novela que tiene como personajes al inspector Homero y al agente Pedro, que habían aparecido antes en » Un revólver en la maleta». Cuando acabó la primera novela, como toda novela con aspectos policiacos, decidí darle una continuidad y escribí esta. Como he dicho, tiene los mismos protagonistas y otros secundarios y antagonistas. Es una novela policiaca, con una trama, unos crímenes, una investigación, con Homero y Pedro pero realmente en esta novela los protagonistas son los antagonistas, los asesinos.
P: En sus novelas viene cobrando también importancia la ambientación.
R: Es una novela de época, de principios del siglo XX, aunque no es una novela histórica porque para mí este tipo de novelas requieren la investigación de una etapa histórica y su recreación literaria. No es este el caso. Hay un ambientación histórica, procuro que la novela sea verosímil, creíble para el lector y procuro documentarme. Además, en esta novela hay tres personajes históricos reales, Alfonso XIII, su mujer Eugenia y el Marqués de Viana.
P: ¿Cómo es el proceso creativo desde que le surge la idea hasta que consigue tener una novela terminada?
R: Como suele ser normal, me sale una idea. En el caso de esta novela surgió porque siempre me había llamado la atención que la figura de Alfonso XIII había realizado varias visitas oficiales a Córdoba, pero también muchas privadas. Ángel de Saavedra era su montero mayor y tenía, además del Palacio de Viana, el Palacio de Moratalla en Hornachuelos, una residencia campestre donde iba a cazar y que se convirtió en lugar de encuentro, no sólo de Alfonso XIII sino de la nobleza con lo que eso significaba, política de alto nivel y enredos. Eso siempre me llamó la atención y cuando empecé a pensar en la segunda novela de Homero pensé que sería una buena trama. A partir de ahí empecé a construir, y otro tema que aparece, aunque no quiero desvelar nada, es el anarquismo y los movimientos de principios del siglo XX. Suelo ser un escritor que trama las novelas, no las puedo empezar si no las he estructurado.
P: ¿Por qué se ha decantado por la novela negra?
R: No voy a decir que empecé a leer novela negra, pero casi. Cuando empecé a tomar conciencia de lector cayeron en mis manos los libros de Agatha Christie y Sherlock Holmes. Luego estudié Filología y tuve que leer mucho y descubrí a escritores que me encantan y nada tienen que ver con la novela negra, pero cuando empecé lo tenía claro no por una cuestión de modas. Si sigo escribiendo seguiré apostando por este género y ya no estará de moda.
P: ¿Hablaría de proliferación de autores que optan por este género o de saturación?
R: Hay saturación. Hay escritores que no escriben novela negra pero como es lo que venden pues se suman, escritores que no han tenido ningún interés y se apuntan a lo negro porque es una cuestión de modas. Hace diez años todo estaba relacionado con los cátaros y ahora ya nadie se acuerda de los cátaros o los templarios, igual pasará con esto. La novela negra siempre ha sido marginal, los clásicos como Julián Ibáñez o Vázquez Montalbán tenían lectores muy fijos, fieles, pero muy poquitos.
P: Volviendo a sus obras, huye de la melancolía de otros autores de Los Pedroches, aunque la relación con la comarca existe.
R: La comarca de Los Pedroches está muy presente. Por una parte, Misterio en Los Pedroches estaba situado en el Valle, fue un pequeño homenaje pero el resto de novelas están situadas en Córdoba porque también es cierto que quería darle cierta entidad a la ciudad. Las novelas que se ambientan en Córdoba, quitando alguna excepción, están situadas la inmensa mayoría en la época califal y romana y hay un déficit de novela ambientada en época contemporánea. Además, Córdoba es una cuidad con muchos contrastes y es perfecta para hacer una novela negra. El Valle sigue teniendo protagonismo, Homero es de aquí, los personajes algunos son de Añora, siempre intento tener una mirada más prosaica, distinta a la que se suele tener.
P: ¿Continuarán las aventuras de Homero?
R: Ahora mismo tengo dos novelas tramadas y una de ellas es de Homero. Va a continuar porque es un personaje al que quiero, le tengo estima como personaje y me gustaría que continuara, otra cosa es que se llegue a publicar. Tampoco sé si va a gustar esta segunda novela.
P: Hemos hablado del proceso creativo, ¿cómo es el de la publicación?
R: Largo y tedioso. Empiezan con correos electrónicos y si no conoces a alguien la mayoría de puertas las tienes cerradas. Es un mundo, como cualquier otro, de ‘amiguismos’. Tienes que conocer a alguien, es un terreno muy duro, mandas un manuscrito y lo más probable es que la editorial lo tire, es muy triste pero es así. Aquí hago referencia a un escritor que me gusta mucho, Camilleri y que retrataba Sicilia y un personaje decía «en este mundo siciliano si no eres primo, del primo, del primo, del primo, no te mueves». Pues es lo mismo.
P: Usted también es profesor, ¿las nuevas generaciones se interesa por la literatura?
R: Lo mismo que siempre, no creo que sea peor, no creo en esa postura victimista sobre qué mal están los tiempos ahora. No creo. Siempre hay tres o cuatro alumnos a los que les gusta, se acercan y me preguntan a qué concursos se pueden presentar, igual que antes. Sí es cierto que el mundo audiovisual es mucho más llamativo y los jóvenes ahora tienen más posibilidades en este campo, antes no las teníamos.
P: La última, ¿a cuál de sus obras le tiene más cariño, es su ojito derecho?
R: «Un révolver en la maleta» fue la primera, antes había escrito relatos pero nunca me había atrevido con la novela. A veces hay peleas estériles sobre si es más difícil escribir un relato o una novela, yo creo que son técnicas diferentes. El relato exige la concentración, perfilarlo, la novela es un carrera de fondo. Pensé si sería capaz y lo conseguí, y por eso le tengo especial cariño, porque es la primera. Luego tengo otra que acabé no hace mucho y en la que aparece Sherlock Holmes, y le tengo también especial cariño porque es un personaje que me gusta mucho y me suponía el reto de si iba a ser capaz de ambientar la novela en Londres y cuando la terminé dije, pues he sido capaz.
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