Cádiz acoge desde el pasado día 30 de septiembre una nueva edición de ‘Alcances, Festival de Cine Documental’ que en su sección oficial proyectará siete largometrajes y quince cortometrajes. Entre esos quince cortometrajes se encuentra ‘Nos acompañamos’, del pozoalbense Javier Barbero Montes, que vivirá en la noche de hoy domingo la proyección de una propuesta que arranca cuando «mis abuelos me regalaron una Canon 6D cuando les dije que quería dedicarme al cine. Años más tarde, utilicé esa misma cámara para grabarlos en sus últimos años de vida. Mientras filmaba, me preguntaba qué iba a pasar cuando uno de los dos falleciera, qué pasaría cuando estén el uno sin el otro«. Hoyaldia.com habla con el director de este corto, que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Pozoblanco y de la Fundación Hermanas Muñoz Cabrera, horas antes de su estreno.
«Estoy muy ilusionado ante el estreno, aunque lo bueno es que trabajo mucho y no estoy pensando mucho en eso. Pero es un Festival del que tengo muy buenas referencias, la organización se está portando de maravilla, va a venir el productor, la familia, voy a estar rodeado de gente que ha estado en el proceso y vamos a disfrutarlo todos», explica ante el inminente estreno. Es otro hito en una carrera que se empezó a cuajar desde muy joven porque a Javier siempre le interesó la parte creativa de las cosas y empezó a canalizar esa necesidad de expresión a través de la escritura. Después, cuando tocó marcharse a estudiar se inclinó por hacer Publicidad, sin estar convencido al cien por cien, pero en la Universidad «descubrí que me encantaba el cine, siempre me había gustado, pero me iba a la videoteca y veía muchas películas. Me di cuenta de que quería contar historias a través de las imágenes, de las palabras, del sonido».
Por eso la siguiente parada fue Granada para estudiar cine. Su proyecto de final de curso fue elegido el mejor, Fútbol 112, un «experimento que veo ahora y me da cosa, pero que me sirvió para darme cuenta de que me gustaba rodearme de gente para poder crear una pieza y todo el proceso creativo que conlleva la realización de esa pieza. A partir de ahí empezamos a crear, fue como una explosión». En tierras granadinas no solo afianzó que estaba en el camino correcto, sino que conoció a gente con la que conectó y decidió, tras grabar algunos cortos, profesionalizar el trabajo y crear, junto a dos socios, una productora, Fourminds. Los comienzos, como casi siempre, no fueron fáciles pero el trabajo, el esfuerzo y los años permitieron que los clientes fueran ganando en importancia y relevancia y lo ganado rondando en publicidad permitiera tener una base de aprendizaje y de medios para rodar ficción. «Así nació nuestro primer corto, ‘Los ojos de Érebo’, que ya refleja lo que Javier quiere contar, esa pasión por el cine «con voces que tienen algo que contar».
Y en ese proceso, cuando en 2016 su abuelo le regaló una Canon 6D, su intuición le llevó a grabar la vida de sus abuelos, seis años después se estrena ‘Nos acompañamos’. «En el momento tenía una cámara y quería guardar esos recuerdos para la familia, luego no fue simplemente eso. Inconscientemente estaba poniendo la cámara de una determinada manera, estaba dejando pasar las cosas de una manera concreta. Iba buscando encontrar la rutina de las personas mayores, un tema que me parece muy interesante y con el que estoy obsesionado, de la mejor manera posible, porque al final todos vamos a llegar a ese momento. Me parece muy interesante ver cómo viven, cómo sueñan, cómo se frustran; era la excusa perfecta para pasar más tiempo con mis abuelos, fue un cúmulo de cosas«, relata e incide en que «este cortometraje es la esencia de lo que yo quiero contar, siempre escribo de protagonistas mayores, es una fuente de la que bebo y este cortometraje representa lo más personal, que es mi propia familia».
Reconoce que no sabe de dónde viene «esa obsesión», pero intuye que se retrotrae a los continuos viajes para ver a sus abuelos maternos y paternos a Doña Mencía y a Espiel, a la presencia continua de sus abuelos en su vida porque «he vivido mucho con ellos y me han aportado muchos conocimientos y experiencias de vida». Ese «experimento» de grabar la vida diaria de un matrimonio en el ocaso de su vida introduce al espectador en la rutina, en la incertidumbre, en el respeto, en la convivencia entre quienes lo han vivido todo y deja de fondo reflexiones sobre los cuidados a nuestros mayores, sobre la dificultad de esos cuidados en una «sociedad cada vez más acelerada». «No pretendo crear ningún debate, pero sí es cierto que me interesa hablar de cómo tratamos a nuestros mayores, porque en definitiva, es como nos tratamos a nosotros mismos», afirma Javier. La cinta lleva al espectador a esas reflexiones, pero también a quince minutos donde las emociones están a flor de piel.
‘Nos acompañamos’ podrá verse en Pozoblanco, aunque de momento la fecha todavía no puede desvelarse. Mientras que eso llega, entre rodajes publicitarios y nuevos proyectos, Javier también trabaja en la que será su ópera prima, ‘La cuarta edad’, un largometraje para el que ya hay guión y que «si todo sale bien nos podría llevar a rodar en dos o tres años». Una ópera prima que empezó a gestarse en 2016, cuando comenzó a rodar el corto que estrenará en tierras gaditanas, y que pondrá de nuevo a las personas mayores en el centro porque «trata sobre una persona mayor que vive en un pequeño pueblo de la Alpujarra, se le muere su mujer y tiene que adaptarse a esa rutina que él no conoce. Parte un poco del cortometraje de mis abuelos, nace de lo mismo». Porque lo que tiene claro Javier es que seguirá dando voz a esas voces de las que quiere nutrir su cine.
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