El pasado 18 de mayo se presentó en la Casa de Andalucía de Leganés el libro “De Belalcázar al Infierno de Djelfa”, de Joaquín Chamero Serena, cronista de Belalcázar. El libro ha sido editado por la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba y Jaén en colaboración con la Diputación de Córdoba y el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.

Una jornada en la que Joaquín Chamero se sintió arropado por un numeroso público que asistió como homenaje a su persona, a su trayectoria y para escuchar de sus labios la historia de un andaluz, como ellos, “uno de esos olvidados españoles que lucharon contra los rebeldes en defensa del Gobierno de la República. Uno más de los que padecieron los trabajos forzados, la represión, el martirio, el hambre… de los campos de concentración franceses, incluido el infierno africano de Djelfa”, como indica el autor en los prolegómenos del libro biográfico de su tío Fernando Serena de Medina.

El acto terminó con varias actuaciones en memoria de Federico García Lorca y Mariana Pineda, interpretados al cante y baile por mujeres, hombres, chicos y chicas de la Casa de Andalucía. Un ejemplo de unión, de fuerza, profesionalidad y trabajo bien hecho por parte de un elenco que, con su presidente al frente, Francisco Javier González Carrillo, querían rendir homenaje a uno de sus socios más longevos, uno de los fundadores de la Casa de Andalucía, una gran familia de andaluces afincados en esa localidad madrileña.

El libro

De Belalcázar al Infierno de Djelfa” resulta de un trabajo de investigación y de recuperación de memoria oral y escrita que aborda un tema poco presente en el ámbito de la deportación española, los campos de concentración del norte de África. Es una obra necesaria para la toma de conciencia en nuestra sociedad sobre lo ocurrido en esa época y un reconocimiento de la España democrática hacia aquellos españoles y españolas que padecieron las peores pruebas por haber defendido la libertad y la democracia.  

Todo empieza como siempre, desde el principio, con el nacimiento de Fernando el 29 de octubre de 1919 en Belalcázar, en una familia humilde que se dedicaba a la agricultura y la apicultura, y recorre su infancia y juventud en este pueblo de la Comarca de Los Pedroches hasta que se produce el golpe de Estado y su alistamiento voluntario en septiembre de 1936 un mes antes de cumplir los 17, falseando su edad para que le admitieran.

Las hojas siguientes son la historia de su lucha en España hasta que tuvo que exiliarse atravesando el paso fronterizo entre Coll Pregon y el Coll D’Ares francés, conocido como Camino de la Retirada, como muchos españoles y españolas que como él salían temerosos del terror que podía venirles encima si se quedaban. Pero, como se daría cuenta más tarde, había dejado atrás el horror de la guerra española para caer en otro.

Los siguientes capítulos relatan las penurias, hambre y represión que sufrió Fernando en varios campos de concentración franceses en los Pirineos orientales, como el Campo D’Agde, Gurs, Argeles sur Mer, Vernet d’Ariage y en las Compañías de Trabajadores Extranjeros, trabajando en Ille-sur-Tet en la reconstrucción de canales de agua, entre otros trabajos. Pero todavía le faltaba vivir el peor de los sufrimientos.

El 22 de marzo de 1941 Fernando y 97 hombres más de distintas procedencias europeas, formaron un convoy que los llevó al puerto de Port Vendrés, donde embarcaron hacia Orán, ciudad que llegaron tres días después. Tras el previo encarcelamiento de varios días en Orán, en cuya prisión permaneció a la espera de la organización de un nuevo traslado, le quedaba descender a los infiernos, y a ellos lo arrojaron: ¡Djelfa!

Como dice Fernando en el libro aquello era “un trozo de desierto sembrado de alambre de espino”. Un campo infernal en el que se dedicaban jornadas agotadoras de trabajo, trabajo esclavo. Los trabajos eran agravados por los malos tratos que recibían por parte de los vigilantes. Y las llamas de aquel infierno le abrasarían durante dos años, como explica en los siguientes capítulos Joaquín, en los que padecería artrosis, reuma, trastornos circulatorios, trastornos gástricos, cistitis, insuficiencia cardiaca, zumbidos…, hasta su liberación.

En la parte final del libro, el autor cuenta como Fernando reconstruyó su vida, ejemplo de resiliencia, de supervivencia y como, ya jubilado, vuelve a Ille-sur-Têt, a 22 km de Perpiñán, donde fija su residencia para estar más cerca de la frontera y de la España por la que había luchado.

La edad no le minó su espíritu inquieto, como dice el libro, y estuvo involucrado en el trabajo de memoria de la asociación CTE en Ille-sur-Têt, quienes le nombraron presidente de honor de la Asociación de Memoria. Allí, Fernando era un vecino bien considerado. El Ayuntamiento de la ciudad, en reconocimiento a su contribución de trabajo en el canal de riego para la ciudad en época de los campos de concentración y por ser el último superviviente de trabajadores extranjeros que quedaba en Ille, tuvo a bien rendirle un homenaje y concederle la medalla de honor de la villa el día 1 de mayo de 2005. Y el 14 de abril de 2023 le rindieron también un homenaje y presentaron en esta localidad francesa el libro De Belalcázar al Infierno de Djelfa”.

Al publicar este libro, la Asociación Triángulo Azul Stolpersteine de Córdoba y Jaén quiere sacar del anonimato a hombres y mujeres que lucharon por la libertad, la igualdad, la justicia, el pluralismo político, en España y fuera de ella, defendiendo el Estado de Derecho, la democracia, sus principios y sus reglas del juego, ante ideologías totalitarias y extremistas, como el franquismo y el nazismo.