La comarca de Los Pedroches verá este verano una nueva propuesta cultural que sumar a su agenda, la primera edición del Festival Internacional de Cine de Belalcázar. Unos días -del 19 al 23 de julio- de cine donde los cortometrajes serán los grandes protagonistas ya que en la sección oficial del Festival se proyectarán hasta dieciocho que buscarán alzarse con el reconocimiento del jurado. La iniciativa nace bajo la dirección del cineasta David Fernández, natural de Belalcázar, y en un principio contaba también con la sección ‘Belalcázar rueda’ que pretendía convertir a la localidad en un plató para grabar diferentes cortometrajes. Sin embargo, esta sección ha quedado cancelada aunque las propuestas del Festival pasan también por una serie de talleres que se desarrollarán durante toda la semana.
La sección oficial con tres días de proyección de cortometrajes será la parte central de una primera edición en la que competirán dieciocho cortos que han sido seleccionados y donde mandan las producciones españolas, aunque también aparecen propuestas de Perú, Malasia, Uzbekistán o Corea del Sur. Y es que la organización ha recibido cortometrajes procedentes de casi una treintena de países. La gran gala del Festival está programada para el día 23 de julio, momento en el que se desplegará la alfombra roja y se realizará la gala de clausura con la proyección de los cortos ganadores.
El Festival Internacional de Cine de Belalcázar ofrecerá de manera paralela a las proyecciones cuatro talleres para adentrarse en el mundo del cine desde diferentes ámbitos. Así, se han programado cuatro talleres -de cuatro horas de duración cada uno de ellos- de script, guionista, ayudante de dirección y distribución de cortometrajes. La inscripción para estos talleres es gratuita con un número limitado de 15 plazas por taller y se puede realizar a través de la página web del propio Festival.
Cartel
De lo que puede presumir ya el Festival es de un cartel obra del argentino Eduardo Argañaras, que ganó el concurso propuesto por la organización. Un diseño vectorial del castillo como icono de la ciudad en el que, para remarcar la temática del cine, el autor coloca un proyector como parte de la estructura, dando iluminación al mismo simulando que la proyección ha comenzado, según detalla Eduardo Argañaras.
Nace, por tanto, un Festival que empezó a concebirse antes de la pandemia y que ahora encuentra forma con una propuesta donde el cine es el protagonista, pero también la localidad de Belalcázar y las posibilidades que su patrimonio ofrece de cara al séptimo arte.
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