No aceptan la propuesta de igual modo. Él no duda; ella se lo piensa. Al fin y al cabo hoy no se habla de política, aunque también, hoy toca hablar de uno mismo, de ellos, de su pertenencia al colectivo LGTBI, del proceso de aceptación e identificación. Porque, aunque ya no sea un tabú, hubo momentos en los que pudo serlo; porque en su condición de «privilegiados» entienden que también tienen una responsabilidad y un compromiso. Rosario Rossi, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Pozoblanco, y Carlos Moreno, concejal del PP con varias delegaciones en el Ayuntamiento de Dos Torres, hablan alto y claro en el Día Internacional del Orgullo LGTBI. Lo hacen desde la verdad que se desprende de sus experiencias personales y con el bagaje que otorga el tiempo vivido. No quieren ser la voz de nadie, pero sus testimonios ayudan en un entorno donde no siempre es fácil ser uno mismo.
Pregunta: ¿Qué significa para vosotros un día como el de hoy, el día Internacional del Orgullo LGTBI?
Carlos Moreno: Para mí es un día donde se reconoce la labor de todas aquellas personas que han estado trabajando por el colectivo durante todos estos años. Es un día para visualizar, más si cabe, toda esa tarea pero también todo lo que queda por hacer. Yo creo que nos podemos sentir orgullosos de vivir en un país que tiene la legislación que tiene a este respecto, pero es verdad que todavía quedan por dar pasos, sobre todo, en el colectivo trans. Hay que dar pasos socialmente y eso hay que explicarlo porque la gente dice eso de «vivimos en un país en el que todos somos iguales»; claro que sí, lo dice la Constitución, pero es que una cosa es lo que diga la legislación y otra el salto cultural que haya dado la sociedad. Nuestra labor está en poner en valor estos días para poner de manifiesto que todavía tenemos que seguir trabajando, otra cosa muy diferente es como cada uno lo celebre o lo exteriorice. Todas las formas están bien porque buscamos la libertad.
Rosario Rossi: Estoy de acuerdo, reconocimiento, pero también reivindicación. Estamos en un momento donde parecía que lo reivindicativo había quedado un poco más atrás por las conquistas de derechos que se habían hecho, pero están apareciendo circunstancias que están haciendo tambalear esa cuestión. Hay partidos políticos que vuelven a hablar de la familia tradicional en contraposición con las personas LGTBI. Estos días hemos visto un atentado en Oslo en un bar del colectivo, que en ‘prime time’ hable un representante político de que los homosexuales adopten, pero ya en segundo grado, cuando sean descartes de familia tradicional… Creo que ahora mismo estamos en un momento muy reivindicativo. He oído esta semana que la bandera hay que llevarla por dentro, pues yo creo que es el momento que más fuera hay que llevarla para defender esas conquistas. Eso que se ha reflejado legislativamente que no se cuestione, que no se tambalee.
Pregunta: ¿En qué momento de esa lucha nos encontramos?
C.M.: Creo que tenemos que ir al consenso. Hay que hacer fuerza para parar a todas aquellas siglas políticas que no acepten la diversidad, de lo que estamos hablando, hay que pararlas en esta cuestión. En eso creo que todos estamos de acuerdo. Estamos en un momento donde esta lucha no puede ser una bandera para los partidos políticos, sino que tiene que ser una bandera de la sociedad. El colectivo tiene una gran tarea, creo yo, que es desvincularse de los partidos políticos y hacerse una herramienta de la sociedad. No permitir que los partidos manoseen la bandera o al colectivo para cierto beneficio político porque eso crea división. Igual que en España no se discute que queremos inversión para luchar contra el cáncer, creo que tenemos que crear ese consenso donde hagamos que esto sea algo indiscutible y el que lo discuta tiene que estar fuera.
R.R.: Estoy de acuerdo en cierta parte porque detrás de los avances hay políticas, no se puede negar eso.
C.M.: No te lo voy a discutir porque llevas razón, detrás de los avances del colectivo ha habido un partido político que es el PSOE, eso lo reconozco. Pero fue un avance para la sociedad y creo que acertó y el PP quizás no estuvo acertado mirándolo con la perspectiva del tiempo.
R.R.: Eso es evidente, pero me refería a que hay política detrás, a lo importante que es no ponerse de perfil, es decir, hay que hablar del tema, es algo que tiene que ocupar espacio en los discursos políticos. No vale con poner una bandera al año, en nuestros pueblos se reivindican muchas fechas, pero el Orgullo en muchos pueblos cuesta y se hace a regañadientes. Cuesta, eso pasa desde las propias administraciones. Creo que hay que hablarlo y ponerlo en el centro de la agenda.
«Estamos en un momento donde parecía que lo reivindicativo había quedado un poco más atrás por las conquistas de derechos que se habían hecho, pero están apareciendo circunstancias que están haciendo tambalear esa cuestión»
Pregunta: Lucha, reivindicación, pero adentrándonos en algo más personal. ¿Os ha sido fácil aceptar esta entrevista?
C.M.: Sí, a mí sí. Yo creo que los dos estamos de acuerdo en que nunca hemos querido utilizar esto como una herramienta o como una palanca para proyectar nuestra vida. Yo quiero que me valoren por mi trabajo, no por mi condición o por la persona con la que me acuesto. Pero es verdad que hay momentos en la vida en los que tienes que dar la cara y tienes que darla en cosas que a lo mejor no quieres, es la carga del cargo. Si tienes la oportunidad de hacerlo, creo que a veces va más allá y es como una obligación. Me explico, yo no soy voz de nadie, ni nunca lo he pretendido, pero sí persigo convertirme en un espejo para las personas que viven en un entorno rural demostrando que ser homosexual no es ninguna barrera.
R.R.: No, a mí no, a mí me ha costado muchísimo. El hecho de que sea acompañada de Carlos me da más seguridad. Mi vida privada siempre ha estado al margen de mi vida política y mi sexualidad igual, siempre he sido celosa de mi intimidad. Pero creo que, por lo que he dicho antes, tenemos una responsabilidad, somos un altavoz privilegiado y tenemos que contarlo. Pero hay otra parte, el hecho de que yo sea una privilegiada o que esto no me haya condicionado para desarrollar mi carrera profesional, no quiere decir que haya personas para las que sí es un factor limitante, porque las hay. En ningún trabajo he tenido problemas por este tema, pero me fui de un trabajo porque no me pagaban y al irme me dijeron que debería dar las gracias porque no se me había cuestionado por mi sexualidad. Eso me ha pasado por lo que puedo entender que esta entrevista pueda servir a gente.
Pregunta: ¿En algún momento os ha limitado el proceso que habéis vivido?
C.M.: El aceptar como eres implica un proceso. Yo siempre digo que cuando das el paso es porque lo tienes más que claro. Te tienes que enfrentar a muchas cosas, en mi caso fue tal el mundo que tenía creado en mi mente pensando en el rechazo que el día que di el paso me pareció todo muy sencillo, tanto que pensé que había perdido mucho tiempo de mi vida. A mí todo me ha hecho más fuerte, soy como soy por lo que he vivido, somos resultados de las experiencias de nuestra vida. Si soy capaz de enfrentarme a problemas y superarlos es, en parte, por lo que viví con 15-16 años. El problema está hasta que lo afrontas.
R.R.: Yo digo lo mismo, pero lo digo con 35 años, igual con 19-20 no diría eso. Con esa edad yo tenía ese mundo interior, esa post-adolescencia donde es muy importante encajar, sentirse encajado por cuestiones de autoestima, en esa época sí tuve más problemas. Ahora mismo mi sexualidad forma parte de mi identidad y no tengo complejo, pero hasta llegar ha habido un proceso.
C.M.: Hay una asignatura pendiente que tenemos y es que nos han educado a aceptar al homosexual de enfrente, al gay amigo, pero no cuando toca en tu familia. Hay una asignatura pendiente que es educar a los padres y no es por el rechazo, sino porque hay muchos padres que tienen un plan de vida para sus hijos y cuando les dicen que son homosexuales les rompen los esquemas. Es frustrante para ellos. Hay que educar en eso para acortar ese proceso, creo que ese es un trabajo de todos, también de las instituciones.
R.R.: A veces cuando se habla del colectivo LGTBI parece que se habla de una franquicia, de algo muy ajeno. Por eso creo que es importante que hoy estemos aquí, que tu concejal, que tu vecino, que tu primo le den visibilidad porque la normalización pasa por la identificación.
«Fue tal el mundo que tenía creado en mi mente pensando en el rechazo que el día que di el paso me pareció todo muy sencillo, tanto que pensé que había perdido mucho tiempo de mi vida»
Pregunta: Quizás es una pregunta muy personal pero, ¿habéis tenido siempre el apoyo de vuestra familia?
C.M.: Yo he tenido siempre el apoyo de mi familia, fue muy importante tener el de mi hermano José Luis, que ha sido mi referente. Pero también he tenido que educar a mi familia, soy de una familia de pueblo donde mi madre ha tenido un puesto público toda su vida y hemos vivido con el «ten cuidado con el que dirán». Siempre he vivido en eso. Ha habido que educar, yo no podía pasearme al día siguiente de decir que era gay con un hombre de la mano por el pueblo, podría hacerlo, pero no. Les rompes sus esquemas.
R.R.: Necesitan también su tiempo. Volvemos a lo mismo, no ves las cosas ahora como las veías antes. Evidentemente hay un proceso de educación, incluso nosotros mismos necesitamos ese tiempo, yo he necesitado hacer mi proceso. Ha pasado mucho tiempo hasta que yo he sido capaz de pasear de la mano con una mujer por la calle y he estado en sitios públicos y no he querido que me hagan gestos de cariño por el miedo de si nos veía alguien. Ahora ya no me pasa eso, pero ha sido un proceso.
Pregunta: Rosario, para ti imagino que ha sido más difícil por el hecho de ser mujer.
R.R.: Hay una doble discriminación, solo hay que ver si miramos diez años hacia atrás qué mujeres lesbianas había que lo hubiesen reconocido abiertamente. Eso ha cambiado, se empiezan a visibilizar en el mundo del cine, de la televisión, pero creo que se habla poco de que hay una doble discriminación y también un componente de machismo. El hombre homosexual ha estado más aceptado que la mujer homosexual, las mujeres se han tenido que enfrentar a una doble discriminación y yo me he sentido juzgada muchas veces. Juzgada y con cierto temor a expresarme cómo soy en según qué círculos.
Pregunta: Y cuándo disteis el salto a la política, ¿os frenó que se pudiera hablar de vuestra condición sexual?
R.R.: No me gusta que hablen de mi condición, soy bastante reservada, pero he tenido que soportar que lo hagan como un reproche velado. Hay gente que ha tratado de hacer referencia a mi sexualidad, gente que cuando ha tratado conmigo ha visto antes mi sexualidad que mi capacidad.
C.M.: A mí, por suerte, nunca me ha pasado. Si alguna vez se ha dado algo o te han querido hacer alguna referencia he parado los pies y además lo hago de una forma burda, igual que me lo preguntan. Entiendo que hay que parar los pies como si te criticaran por cualquier cuestión física, por ejemplo. No he encontrado ni una barrera ni un plus.
Pregunta: Cuando te presentaste como candidata por el PSOE me hicieron la siguiente reflexión, Pozoblanco no está preparado para una alcaldesa lesbiana.
R.R.: Es lo que he dicho antes, hay gente que cuando me ha tratado ha visto mi sexualidad antes que mi capacidad y eso sí lo he vivido. Que políticamente haya podido influir, no lo sé, pero es llamativo que haya gente que lo ponga como un condicionante.
«Para la mujer hay una doble discriminación, ser mujer y lesbiana, hay un componente de machismo»
Pregunta: ¿Habéis sufrido episodios homófobos?
C.M.: Claro que sí, comentarios cuando ponía copas de «este es maricón». Cada vez te afectan menos, les da menos importancia y lo llevas al humor.
R.R.: Comentarios por la calle, pero vuelvo a lo de antes, el hecho de que nosotros no hayamos vivido episodios homófobos graves no significa que no existan. Hay que denunciarlos, precisamente por ser yo una privilegiada. Por eso es importante poner la bandera LGTBI porque con ello se repudian también esos hechos.
Pregunta: ¿Cuánto influye el entorno para el proceso que se vive? Me explico, no es lo mismo vivir en un pueblo que en una ciudad.
R.R.: Fue cuando lo acepté, cuando me fui fuera a estudiar, primero por el desarrollo personal que supone irte a estudiar fuera. Empiezas a conocer gente con la que encajas y empiezas a conocer cosas a las que no les habías puesto nombre, empiezas a identificar, a saber. También es una cuestión de edad. Admiro mucho que cada vez la gente hable de su sexualidad más joven y en eso sí veo que hemos avanzado.
C.M.: Pero también es por referentes, ¿tu tenías referentes antes de irte fuera a estudiar?
R.R.: No.
C.M.: Es que yo creo que nos ha pasado eso, que no hemos tenido referentes en nuestro entorno. Yo creo que fui el primero en salir del armario en mi pueblo. Por eso, los referentes son muy importantes. El otro día estuve en el instituto y me sentí como referente, pero yo no los tuve. A eso se le unía que los referentes que tenías no eran lo que querías ser.
R.R.: Claro, los referentes estaban estigmatizados, entonces cómo vas a salir tu para ser la estigmatizada. Cuesta madurar esa decisión, pero creo que hemos avanzado en eso. Cada vez hay más referentes, los hay en la música, en las series, en el cine, en todo… Es muy importante.
C.M.: Visibilizar es muy importante, las redes sociales son una herramienta estupenda para esto, te ayudan a conocer a gente que está viviendo ese mismo proceso. Eso hace mucho. El salto mayor que yo di en ese sentido fue el día en el que entré en un bar de ambiente porque pensaba que yo era clandestino y cuando vi que había gente como yo pensé, es que no soy el único. Encima gente hasta a la que le puedes gustar, porque esa parte también cuenta, la autoestima.
R.R.: Exacto, en todo este proceso del que estamos hablando la autoestima juega un papel fundamental, la salud mental es un acicate importante. Ya no es tanto el gustar, sino el que no encajas en muchos sitios. Es un proceso muy complejo tanto hacia dentro como hacia fuera, es decir, sentir esa sensación de comunidad como hacia tus amigos, tus compañeros.
C.M.: Es verdad que cuando sales te sientes muy cómodo en el colectivo porque estás en tu zona de confort, pero el siguiente paso que debemos dar es descolectivizar.
R.R.: Queda mucho para eso.
«Los partidos que no defiendan los derechos básicos de igualdad tienen que estar fuera en ese aspecto»
Pregunta: Defendéis, por tanto, que en nuestros pueblos ahora sí hay referentes.
R.R.: Es que tu referente es tu vecino, tu compañero de clase, a eso nos referimos. Eso nosotros no lo hemos tenido y si lo teníamos era de una forma estigmatizada.
C.M.: Ha evolucionado mucho, sí tienen esos referentes.
Pregunta: He estado buscando las actividades para el Día del Orgullo y en la comarca no pasan de banderas o símbolos, es cierto que Pedroche sí tiene unas jornadas con contenido. Se están quedando atrás nuestros pueblos en esta reivindicación, en esa visibilización de la que hemos hablado.
C.M.: Hay que poner la bandera, pero hay que ir más allá. Nosotros hicimos hace dos años unas jornadas online, la verdad es que creo que sirvieron para mucho y tuvieron mucha aceptación. Pero sí es verdad que hace falta hacer cosas, lectura, cine… Es un tema como de pasada. Una de las cosas que he propuesto para la próxima Muestra de Cine es tratar el papel de los homosexuales en el cine rural. Deberíamos hacer muchas más cosas.
R.R.: Creo que no es una cosa de colores, pero no se puede poner nadie de perfil. No se trata de poner el simbolito para cumplir, no, esto es un compromiso, tiene que haber un compromiso a nivel institucional para que exista una visibilidad real, no mediática. Que exista la atención y la integración real hacia los miembros del colectivo LGTBI.
Pregunta: ¿Qué han supuesto para vosotros hitos como el matrimonio igualitario?
R.R.: Estaba recién llegada a la Universidad cuando se aprobó el matrimonio igualitario, estaba en pleno proceso, fue muy importante todo lo que pasó en aquel momento. Los hitos que ahora están viniendo son más educativos. Solo pido que no se vuelva hacia atrás porque estamos viendo que cualquier crisis es aprovechada. En EEUU el Tribunal Supremo no ha desaprovechado la cuestión del aborto para empezar a cuestionar el matrimonio igualitario. Creo que ahora tenemos que empezar a defender esos hitos, es triste pero creo que hay cosas que creo que vamos a tener que defender porque hay discursos muy peligrosos que están empezando a calar y a cuestionar esa conquista de derechos.
C.M. Para atrás ni para coger impulso. Vuelvo a decir lo mismo, todo aquel que no esté de acuerdo con los derechos básicos de igualdad está fuera, en ese aspecto, está fuera. En otros podemos discrepar, pero me pondré enfrente de quién haga falta para defender esto.
Pregunta: Hay quien piense que sois unos valientes por hacer esta entrevista, ¿os molesta que se os tilde de valientes?
C.M.: No, porque lo somos.
R.R.: Creo que lo estamos siendo un poco, no me va a molestar por la responsabilidad que estamos asumiendo. Lo más fácil sería callarse, pero estoy aquí complicándome la vida.
C.M.: Estamos complicándonos por salir de nuestra zona de confort, pero también porque hay otro tema importante. Lo hacemos personas de diferentes partidos, que normalmente nos sentaríamos enfrente, pero en este tema los dos principales partidos defienden lo mismo. Esa ha sido la gran evolución, a pesar de los errores del pasado. Es el gran mérito de todo esto, la unidad en torno a este tema.
R.R.: Es importante que se vea esto, que está Carlos Moreno, que estoy yo, para mí eso es muy importante.
C.M.: Para mí también, que en temas tan cruciales para la sociedad digamos que estamos comprometidos, a pesar de que en algunos momentos hemos estado divididos.
R.R.: Es compromiso, cuando estás en política expones muchas facetas de tu vida sin necesidad, pero también hay un factor de compromiso. Es decir: «Estoy aquí y no puedo mirar para otro lado».
No hay comentarios