Alegría. El colegio Salesiano de Pozoblanco es una gran fiesta desde por la mañana. Por fin ha llegado la hora del Jueves Santo, el momento de realizar su estación de penitencia y las previsiones han dejado en esta ocasión a la cofradía salesiana como la más afortunada. El día amanece con algo de nubes, pero se va abriendo para ir dejando paso al sol. Se respira un ambiente de optimismo que se extiende a los minutos previos a la salida.

Aunque la alegría es generalizada, de todos, hay quien se siente especialmente feliz. Maribel Blanco Cabrera pide que se fotografíe a su cuadrilla de costaleras. Tres años después, por fin se estrenará en la calle. Y precisamente esa es la frase que utiliza para dar ánimos a las suyas instantes antes de encarar el desfile procesional. “Hemos puesto mucho esfuerzo y mucha ilusión, nos vamos a la calle”.

La cofradía salesiana se “rompe” en dos. El Cristo del Perdón ya es de los fieles que le esperan a las puertas del colegio, la Virgen de la Amargura aguarda su momento. En medio, la banda de cornetas y tambores que parece tocar a ambas imágenes, a ambos pasos. La música retumba en el interior del templo lo que consigue que el momento sea mucho más especial. Los nazarenos, que a hasta ese momento, esperaban su momento también desfilan hacia la calle. Es el tiempo de toda una Cofradía.

Con la Virgen ya en la Plaza de los Salesianos al son de la Banda Municipal de Música se viven momentos mágicos en la calle Santa Marta que se alargan hasta la Avenida Villanueva de Córdoba. Allí se escuchan nuevos ánimos para los costaleros, “disfrutad de cada momento, disfrutad de ella, que esto se hace muy corto, disfrutad con cada chicota”. Y lo que son palabras de ánimo se convertirán muy pronto casi en un vaticinio.

El tiempo les dejó dos años consecutivos en casa, a la tercera fue la vencida, pero con restricciones. Frente a la ermita de Jesús Nazareno aparecen las primeras gotas de agua y toca tomar decisiones. La gente especula con una posible entrada en Santa Catalina pero se decide aligerar el paso y llegar hasta el lugar de salida, hasta la casa del Cristo del Perdón y la Virgen de la Amargura.

El paso por Carrera Oficial del Cristo es a un ritmo de vértigo, la Virgen se recrea algo más. Una hora y cuarto antes de lo previsto la cruz de guía entra en el templo, después lo harán nazarenas, nazarenos, cofrades y las imágenes que llevaban dos años sin poder notar el aliento de la calle. Hubo quien no pudo reprimir las lágrimas porque no se había realizado la estación de penitencia al completo, pero el ambiente seguía siendo de alegría, la cofradía salesiana pudo salir a la calle y en ello ya había motivos de alegría.