Un equipo de trabajo adscrito al Proyecto I-CISK de la Universidad Complutense de Madrid realizó un estudio destinado a examinar los impactos de la declaración de la no potabilidad del agua de grifo en Los Pedroches durante un año. Los resultados de ese estudio reflejan cambios en los patrones de consumo de agua de grifo, así como una pérdida significativa de confianza en su calidad e insatisfacción en la comunicación oficial recibida durante el episodio de no potabilidad.

Según el estudio, antes de la crisis del agua el 60,4% de la población encuestada consumía el agua del grifo, una cifra que descendió al 15,1% tras ese año sin agua potable. De esto se deriva que haya aumentado el consumo de agua embotellada que era consumida por un 25% de los encuestados antes de abril de 2023 y que ahora utiliza el 72,6% de los encuestados.

Un cambio en los patrones de consumo que lleva a distinguir tres grupos. El primero atañe a quienes tras un año sin agua potable retomaron el consumo de agua del grifo, un 13,1%. El segundo grupo está formado por consumidores habituales de agua embotellada, antes y después del episodio, que representa el 25% de los encuestados con una mayor presencia de mujeres de entre 45 y 59 años dedicadas al sector terciario. Por último, el tercer grupo está formado por quienes han pasado de beber agua de grifo a optar por el agua embotellada. Este grupo es el más numeroso, 41%, e incluye a más mayores de 60 años que el anterior grupo. 

Información

Otra variable analizada con las setecientas encuestas realizadas es la referida a los canales de información utilizadas durante la crisis del agua en Los Pedroches. El 34,6% de los encuestados se informó a través de redes sociales no institucionales. Otras tendencias significativas se refieren a que los consumidores habituales de agua embotellada utilizaron con mayor frecuencia la televisión como medio de información (38,5 %). Los que retoman el consumo de agua de grifo tras la crisis utilizaron en menor medida las redes sociales no institucionales (11,7%). Finalmente, los nuevos consumidores de agua embotellada utilizaron más las redes no institucionales (42,5%) y menos la comunicación directa de los ayuntamientos a través de distintos medios (correo electrónico, SMS, etc.) (14,4%) para informarse de la evolución del episodio de no potabilidad.

La gran mayoría de la población encuestada consideró inadecuada la información proporcionada por organismos oficiales durante el episodio de no potabilidad. Así, el 75,7% de los encuestados valoran como poco o nada adecuado el contenido de la información oficial recibida, la frecuencia con la que recibieron la información oficial (75,8%) y los canales de comunicación utilizados por dichas fuentes oficiales para informar a la población (68,6%).