Finalizó. La cuarta edición del Festival Periscopia llegó a su fin con una última jornada donde hubo tiempo para escuchar más música, disfrutar de talleres y de montajes novedosos. Un final que tuvo en «La mirada interior» de Producciones Imperdibles a un gran aliado con un espectáculo de danza que se vio de dos manera, una la de la treintena de personas que se metía en ese círculo de danza y música y otra la mirada del espectador que lo veía desde fuera, danza en silencio, movimientos sin música.
Y esa mirada interior le vale a la organización del Festival para hacer balance, para mirar en las entrañas de una propuesta que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo pero que también ha ido dejando algunas de sus esencias en el camino. Se enfrenta ahora el Festival a la necesidad de seguir apostando por propuestas culturales que no se diluyan con los finales de fiesta apoteósicos y las aparcerías, que provocan una peligrosa simbiosis en la que la cultura y la apuesta por jóvenes artistas emergentes, esa esencia de la que hablábamos, haya sido puesta en duda.
Pero lejos de esa revisión que le tocará hacerla a la organización, el Festival Periscopia apostó en la última jornada de la cuarta edición por la participación a través de los talleres que restaban por impartirse. El primero, «De Pesca en la Cultura de lo Libre» de Sergio Tejerina donde este animador y emprendedor relacionado con lo sociocultural abordó y habló de experiencias con software libre, wordpress, plataformas de creación colaborativa o licencias Creative Commons. Un taller totalmente diferente al que impartieron Yase Marcos y Rebeca Baidoc que animaron a todos los que acudieron a bailar bachata y salsa.
El Festival finalizó con otras de sus señas de identidad, la música. Lo hizo con la actuación de «The Washing Machines» y con el fin de fiesta que se vivió en el Recinto Ferial de la mano de La Suite Bizarre, Eme Dj y Rafa Martínez.
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