En septiembre de 2016 nació la primera Noche Blanca de la Cultura de Pozoblanco como idea para conmemorar y festejar los diez años de existencia del Teatro ‘El Silo’. Aquella noche, la cultura salió de ese rincón y paseó, de la mano de colectivos de la localidad, por muchos rincones del municipio para reivindicar su poder de transformación social. La cultural local tomó las calles y esa noche el teatro y la música lo inundó todo con un masivo seguimiento que fue la mejor razón para que esa Noche puntual ocupara otros tiempos. Desde entonces, aunque con ausencias por la pandemia y con vaivenes en las fechas de celebración, la Noche Blanca sigue reivindicando la cultura que nace y crece en Pozoblanco. Una iniciativa en la que llegó a participar la mismísima María José Llergo, que dejó a Antonio de Pozoblanco cantando por Enrique Morente a las puertas de ‘La Salchi’ o algunas de las hilarantes escenas del grupo teatral ‘Los Mejía’.
La Noche Blanca volvió a Pozoblanco estrenando el mes de junio, fecha inédita para la actividad hasta el momento, con dieciséis propuestas culturales que se desarrollaron en trece escenarios diferentes. De norte a sur se pudo disfrutar del teatro, pero principalmente de la música, aunque las artes plásticas también “se colaron” de la mano del Círculo de Bellas Artes. El público respondió, aunque no con el entusiasmo de las primeras ediciones, pero eso no fue óbice para que los colectivos ofrecieran lo mejor en actuaciones que se fueron sucediendo cada media hora.
La actuación inaugural corrió a cargo de la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Soledad con un pasacalles que se inició en el Paseo Marcos Redondo y que llegó hasta la parroquia de San Sebastián. Allí, tomó el relevo la Banda de Cornetas y Tambores de los Sayones y con esa barriada como protagonista se emprendió el camino hacia el Pozo Viejo para asistir a la propuesta de la Peña Flamenca ‘Agustín Fernández’. Siempre es una de las actuaciones más esperadas por el enclave y por su relación con una peña que mantiene viva la llama del flamenco. Simultáneamente, Iván García Tena realizó una intervención creativa con la que se concluyó la primera parte de la Noche Blanca.
La música manda
Si la música inundó el primer tramo de la Noche Blanca, lo hizo también en las siguientes horas con propuestas donde las notas y las canciones mandaron. Eso sí, con diferentes géneros e ideas. Así, en las escalinatas del Mercado de Abastos volvió a sonar la Coral de la Peña Marcos Redondo y la música del Conservatorio que también lleva el nombre del barítono pozoalbense actuó a las puertas del Ayuntamiento. Luego llegaron el Coro Romero ‘Voces de la Sierra’, Argot Flamenco, la Joven Orquesta del Valle de Los Pedroches, los Amigos de la Ronda y el Bolero o Aliara, el grupo Folk que volvió a conquistar la plaza de las Obispas.
La Noche Blanca finalizó la participación del Centro de Participación Activa en el Paseo Marcos Redondo y con el grupo de jotas ‘La Faneguería’ a las puertas del Teatro ‘El Silo’. El fin de fiesta se encuadró en el anfiteatro del Parque Aurelio Teno con una triple propuesta: The Soul Band, el grupo ‘Vintage’ y Julia en acústico y amigos invitados. Fue la forma de poner punto y final a una actividad que cumplió sus seis años de historia desde que vio la luz allá por el año 2016. Seis años en los que se ha intentado mantener su esencia, que no es otra que la reivindicación de la cultura local.
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