Es mes de echar el cierre. Numerosos colectivos ponen el punto y final a su actividad cerrando el curso. Fue el caso de la Escuela Municipal de Fútbol de Pozoblanco, que el pasado sábado celebró su habitual jornada de clausura. Como viene siendo tradición, primero tocó el turno del deporte propiamente dicho, con partidos con los niños y niñas demostrando sus habilidades, a los que luego se sumaron algunos padres y entrenadores.
Posteriormente, la Caseta de la Juventud acogió a la gran familia en la que se ha convertido esta Escuela y tras horas de convivencia se procedió al acto protocolario. Todos los niños y niñas tuvieron reconocimiento a su trabajo. Uno a uno los equipos fueron subiendo al escenario para recibir el aplauso de padres y madres y recibir medallas conmemorativas de otra buena temporada.
No solo los más pequeños tuvieron su reconocimiento, la Escuela de Fútbol con su presidente a la cabeza, David García, quisieron reconocer la labor de quienes iniciaron esta aventura, Vidal Caballero y Juan Cardador, que acogieron emocionados el homenaje que se les realizó. No fueron los únicos que se emocionaron. Tras ocho años perteneciendo a la Escuela, el entrenador Augusto Romero dijo adiós por motivos personales a su labor y también recibió el apoyo de quienes han sido sus compañeros hasta la fecha. Romero no pudo reprimir las lágrimas y entre aplausos se despidió de la que también ha sido su familia.
Tras el acto, que contó con la presencia del vicepresidente de la Federación Andaluza, Pablo Lozano, y del concejal de deportes, Manuel Jesús López, se siguió con el día de convivencia.
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