Ataviados con monos blancos y chalecos reflectantes, transportando el material necesario y preparados para ponerse manos a la obra. Los jóvenes de la asociación Prohombre Los Pedroches que estos días están llenando las calles de Pozoblanco de mensajes positivos vivieron ayer su tercera noche de trabajo dejando nuevas frases en pasos de peatones que buscan «despertar una sonrisa» en los ciudadanos que a partir de hoy puedan leer esas frases.
Ya no son unos desconocidos, la gente que pasa y los ve realizando paso a paso cada acción para dejar su huella en el asfalto, ya saben que son los chicos de Prohombre y lo que vienen haciendo hace unas semanas. El primer objetivo está conseguido, la ciudadanía conoce hoy un poco más a Prohombre, una asociación que desde su nacimiento viene tendiendo la mano a todas aquellas personas que sufren cualquier tipo de adicción.
Pero hay mucho más detrás de esta iniciativa, la inquietud de un grupo de jóvenes -usuarios de la Asociación y voluntarios- que han buscado la fórmula para estrechar lazos y para realizar una acción que defina su forma de entender la vida. «La iniciativa parte de un grupo de jóvenes que nos veníamos reuniendo los sábados por la mañana y veíamos el declive de los jóvenes en la sociedad porque realmente no hay ocio sin drogas, sin alcohol, vimos que podía salir una forma de salida para los jóvenes, con problemas y sin problemas, porque todos aprendemos unos de otros», nos relata antes de coger el spray Ana Remedios Gómez.
«No vales la pena, lo vales todo», esa es la primera frase de la noche que quedará escrita. Cada uno ayuda en el momento que se le requiere. Uno barre el asfalto, otros deciden la ubicación de la frase, otros colocan la plantilla y ya está todo listo para que una nueva frase despierte la sonrisa de quienes pasean por Pozoblanco. Es un trabajo en grupo, una oportunidad para convivir y una forma de integración para aquellos a los que la vida no se lo está poniendo fácil.
«La gente está aceptando la iniciativa y cuando te paras y ves que hay personas que se paran y leen la frase y sonríe o que echan fotos con el móvil pues vemos que algo estamos consiguiendo», prosigue Gómez. Con una nueva frase en el asfalto toca inmortalizar el momento, recoger el material y ponerse en marcha hacia el siguiente punto elegido. Van poco a poco, quieren llegar hasta septiembre para aprovechar el comienzo del curso escolar y «volver a despertar sonrisas». Es la forma de entender la vida de jóvenes que han creado vínculos entre sí para hacerse la vida algo más fácil.
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