La joven de 21 años, presuntamente víctima de abusos en Pozoblanco, no habría denunciado al no tener pruebas de lo sucedido y tras haber comentado que al comentar sus sospechas en su entorno «se cachondearon de mí y no me creyeron», según publica en su edición impresa hoy el diario Noticias de Navarra.
El mismo diario indica que la joven dejó claro a la Policía Foral que no denunció antes los hechos porque «se lo comentó inicialmente a sus amigos y no la creyeron, tenía un lapsus de tiempo que no recordaba lo sucedido y desconocía la identidad del chico, por lo que ella misma se fue autoconvenciendo de que a pesar de tener moratones y el vestido roto no eran pruebas suficientes para denunciar».
Además, el periódico publica una serie de conversaciones entre la víctima y unos amigos. En la primera de las conversaciones uno de los amigos aconseja que llame a la policía o a la guardia civil, indicando que «a mí me pasó algo parecido y denuncié«. Posteriormente, la víctima indica en el chat que «no digas nada por favor, qué vergüenza…«.
En una segunda conversación, la denunciante pide llamar a su interlocutor al que dice que «es que me va a dar algo. Y voy a matar a XXX un día de estos. Que ayer me forzó un tío y me rajó el vestido… Y se piensa que estoy inventándome esto por llamar su atención. Es que es muy fuerte vamos. Nada, que estaré loca«. Los mensajes finalizan con un audio donde la víctima indica que su entorno lo que está es cachondeándose de ella porque encima no le creen.
Por otro lado, la joven, siempre según Noticias de Navarra, relató a la Policía Foral que al día siguiente de los hechos se levantó de la cama y vi que tenía varios moretones en la parte trasera de una pierna. Agentes de la Policía Foral acudieron a finales de septiembre a Pozoblanco y recogieron la denuncia, llevándose también las prendas y complementos que llevaba la víctima el día de los hechos.
Una denuncia que la joven interpuso tras ser identificada cuatro meses y medio después de haber sido víctima de esos presuntos abusos sexuales gracias a las dos grabaciones que existen en los móviles de los acusados.
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