La modernización de las explotaciones ganaderas es una de las cuestiones en las que más se viene trabajando en los últimos años para avanzar en aspectos como la rentabilidad, el bienestar animal, pero, también, la calidad de vida del ganadero. Las nuevas herramientas sitúan esa modernización ante una variable, una reducción en la mano de obra pero una mano de obra mucho más cualificada. Los ganaderos de la comarca de Los Pedroches no son una excepción y andan en un camino donde la modernización es una cuestión clave, de ahí que en las granjas se puedan ver elementos que dan buena muestra de ello. Una de esas herramientas son los robots de ordeño, equipos avanzados que incorporan una máquina de ordeño con sistemas de detección automática de cada vaca y que ofrecen innumerables posibilidades.

Diego Ruiz es veterinario y experto en ordeño robotizado, trabaja en una explotación de Los Pedroches, Finca Los Ruedos, que ha optado por los robots de ordeño y que ya ha implantado cuatro. «La principal ventaja que tienen estos robots es que cambian los horarios, el ganadero pasa a tener horarios relativamente normales porque deja de tener la obligación de ir a ordeñar, los robots permiten romper esa rutina», explica Diego Ruiz. Otrade las ventajas que conllevan es que hablamos de un método «muy sistemático» que fija la estimulación, los ruidos y eso «da mucha tranquilidad a la vaca».

En cuanto a su funcionamiento, destaca que los robots trabajan 24 horas al días y lo que programan son permisos de ordeño que dependen de «la producción de leche, de las expectativas de producción», lo que determinan esos parámetros que se aplican para que los robots hagan ese trabajo automáticamente. «Si una vaca quiere entrar quince veces al ordeño no se le permite porque al ganadero no le interesa, pero es que tampoco es bueno para la vaca», puntualiza.

La mejora en cuanto a la rentabilidad no es directa, es decir, la implantación de mejoras en las salas de ordeño no conduce inmediatamente en un incremento de la rentabilidad, pero ayuda si el resto de factores se adaptan. «Depende de muchos factores, pero si el resto de las cosas se hacen bien tiene una subida en la producción de un 10-15 por ciento, no es solamente el ordeño», matiza el experto en ordeño robotizado. Eso sí, el robot permite al ganadero optimizar el tiempo y, por tanto, poder aplicarlo en otros trabajos que hay que realizar en la explotación.

Mano de obra especializada

El robot de ordeño cambia los horarios del ganadero, pero también introduce variaciones en la mano de obra en dos vertientes: la reduce y la que necesita es más especializada. «Una gran ventaja que tienen son los accesorios que traen, medidores, por ejemplo, que permiten detectar vacas en celo 48 horas antes, detectar patologías reproductivas con una eficiencia que es imposible tener de otra manera y eso ayuda mucho al trabajo», señala este experto. Eso conduce, indudablemente, a esa especialización de mano de obra por lo que «hay que aprender, como todo en la vida, es el mismo salto que el ganadero tuvo que hacer para pasar de ser ganadero a empresario, ahora tiene que aprender a controlar su explotación desde un ordenador». Esa brecha digital parece haberla roto la irrupción del móvil porque a través de las aplicaciones el ganadero «sí se siente más seguro y estos elementos vienen con aplicaciones que te permiten desarrollar ese control de la granja».

¿Y qué pasa con el ritmo de implantación? Diego Ruiz considera que «se van a imponer en un corto periodo de tiempo, sobre todo, si hay otra vez subvenciones para las mejoras de las granjas, el salto va a ser importante». En esta línea, considera que las opciones de las explotaciones pasan por grandes salas de ordeño o por los propios robots. En cuanto a esta última opción, ya se pueden observar en unas 8 o 10 granjas de las comarca de Los Pedroches, lo que provoca que «el ganadero empiece a planteárselo porque ya no es algo que ve en la televisión, sino que lo ve en su vecino».

«En lo que es la comarca de Los Pedroches se podrían instalar prácticamente en la totalidad de las explotaciones porque apenas quedan granjas pequeñas. Un robot necesita entre 50 a 60 vacas para ser rentable, es decir, que se pueden implantar sin problema. Estamos más ante un problema de diseño de la explotación, de valorar cómo lo vas a implantar, pero en Los Pedroches las granjas pueden instalarlos sin problemas», recalca este experto.

A todas estas cuestiones se une el hecho de que, en líneas generales, el ganadero sepa que tiene que avanzar en este terreno y más aún ante la falta de mano de obra porque «culturalmente estamos perdiendo la relación con los animales, no hay gente preparada para manejar animales».