Por segundo el año consecutivo, el baño en la playa de La Colada estará prohibido por la presencia de especies de cianobacterias «potencialmente tóxicas para la salud». Una decisión que no extraña a nadie después desde que hace más de un mes se prohibiera el consumo doméstico de agua en toda la zona norte de la provincia por exceso de Carbono Orgánico Total (COT). Ya el año pasado, Salud tomó la misma determinación y prohibió el baño desde el 1 de julio. Aunque es evidente que la salud prima, lo cierto es que la prohibición del baño también implica connotaciones económicas para quienes apostaron por la playa como una fórmula de rendimiento económico.
Si hay alguien que sabe de esa situación en Los Pedroches es Puri Murillo, concesionaria del bar de la zona recreativa de La Colada y que vive una situación dramática desde el 1 de julio del año pasado. Ese día, la Junta de Andalucía declaró la prohibición temporal del baño en La Colada por la presencia de especies de cianobacterias, momento en el que Puri Murillo vio cómo su negocio perdía cualquier posibilidad de subsistir ante la bajada de visitantes. Todo ocurrió de la noche a la mañana.
“Supuso el desastre, no sé cómo explicártelo de otra forma”, nos cuenta al otro lado del teléfono la empresaria. Nos hacemos una idea de lo que supuso ese varapalo cuando cifra en 7.000-8.000 las personas que en la temporada de verano pueden pasar por las instalaciones de La Colada en busca de la playa artificial y reduce a “escasas mil personas” las que pasaron a partir del cierre. “Seguimos abiertos porque teníamos que dar ese servicio, por no dar la espalda a los clientes, pero el bar se podría cerrar por quiebra, hemos tenido que poner mucho dinero e incluso pedir un préstamo personal”.
La empresaria echa en falta que “en estos meses no se haya hecho nada porque esto no está en el pantano, llega al pantano” y pide a las administraciones que tomen cartas en el asunto porque “tenemos un lugar privilegiado, nos lo dice toda la gente que viene y no podemos perderlo”. Se refiere, fundamentalmente, a las personas que estos meses han llegado por la celebración de campeonatos de fútbol playa de la mano de la Federación Andaluza de Fútbol, que han servido para potenciar la zona y que su bar tenga algo de clientela. Porque no se presume que haya luz al final del túnel, si el agua no es potable no había visos para que este año haya temporada de baño en La Colada, el punto fuerte de este negocio. Y otro año sin respiro.
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