Es normal que en política lo que para unos es negro para otros sea blanco, como la vida misma. La edición que finaliza de la Feria Agroganadera ha estado presidida por ese clima de optimismo que se ha querido constatar con un volumen de negocio que se ha establecido en cifras de hace varios años. El otro tema que ha estado más que presente ha sido la reforma de la Política Agraria Común, quedando claro que la negociación viene a tener un balance muy diferente dependiendo de la formación política que la valora.
Abrió el debate la consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Elena Víboras, afirmando durante la jornada inaugural que la gran perjudicada en el reparto de ayudas iba a ser Andalucía. «No viene el mismo dinero a nuestra Comunidad, no le echamos la culpa a Europa, sino al gobierno de España que es quien ha hecho el reparto, un reparto arbitrario donde claramente ha beneficiado a unos comunidades perjudicando a la de Andalucía», expuso. «Estamos hablando de que en el marco 2014-2020 se van a dejar de percibir entre 418 y 548 millones de euros del dinero que habitualmente venía lo que va a perjudicar a nuestros ganaderos y agricultores», detalló.
Un día después, el director general de Producciones y Mercados Agrarios, Carlos Cabanas, desmintió que esas vayan a ser las pérdidas y alegó que «es la décima vez que tengo que venir a Andalucía a desmentir a la consejera». «Esa cifras no responden a ninguna realidad, queremos trasladar que se van a mantener los niveles de apoyo y no entendemos las razones que están llevando a la Junta de Andalucía a trasladar un mensaje negativo».
La última formación política que valoró la reforma de la PAC fue Izquierda Unida de la mano de su candidato a las elecciones europeas, Willy Meyer, que apostó por «una política que garantice las rentas, algo que no se hace porque no se apuesta por la producción». Meyer se lamentó porque «no hemos conseguido introducir enmiendas claras a favor de la producción, queríamos que se acoplaran las ayudas a la producción y no ha sido posible porque hay una gran presión en estos momentos de los terratenientes y las multinacionales que intentan copar toda la producción a costa de las pequeñas y medianas empresas y las cooperativas».
Por este motivo, el candidato de IU en las elecciones europeas valoro los comicios como una ocasión para «realizar esa apuesta por la producción». «Otro problema añadido es que no se quiere actuar sobre los precios y la única forma de garantizar esa renta es que las administraciones públicas puedan controlar los precios de manera que el ganadero se garantice un precio que le permita cubrir los costes de producción pero también una renta que le permita rentabilidad y crear empleo».
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