Una calle separa la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción y la ermita de San Roque de Dos Torres, un trazado que en el día de ayer fue recorrido por muchas personas del municipio y de fuera del mismo acompañando al patrón hacia su templo. Como cada año, ese traslado estuvo marcado por la guía en forma de alfombras de sal que volvieron hacer de cicerone a la comitiva procesional.

Y es que a lo largo de la calle San Roque se dispusieron casi una treintena de alfombras de sal, realizadas por niños y jóvenes de la localidad, que cumplieron una vez más con la tradición. Fue en la jornada del sábado cuando el Consistorio usía repartió más de seis mil kilos de sal para la confección de unas alfombras que ponen a prueba la imaginación de sus autores.

Nada más salir de la ermita de San Roque, una recuerda la unificación de Torrefranca y Torremilano, volviendo al origen de Dos torres. Luego, un camino de flores va guiando los espacios entre alfombra y alfombra donde se cuelan los personajes que marcan la infancia de los más pequeños, pero también creaciones que buscan ir más allá y lanzar un mensaje en contra de la trata de blancas o a favor de la educación y la cultura.

El recorrido, el inverso al que realiza el patrón de la localidad, finaliza con las banderas de España y Andalucía y el escudo de Dos Torres, aposentadas ya en la Plaza de la Villa. Desde las siete de la tarde, una hora antes de la procesión, fueron muchas las personas que realizaron ese recorrido para visualizar todas las alfombras y cumplir, un año más, con la tradición.