Apenas con dos años a sus espaldas, el Belén Viviente de Torrecampo se está convirtiendo en una cita ineludible para los vecinos de la comarca de Los Pedroches y de fuera de la misma. Durante este fin de semana, las calles de Torrecampo han acogido muchas de las escenas que preceden al típico Belén que adorna muchas de las casas durante estos días de Navidad. La Anunciación, el sueño de José o el Nacimiento son algunas de las escenas bíblicas que los vecinos de la localidad han conseguido recrear en una iniciativa que aúna muchos más aspectos.
Porque aquel Belén de Judea está acompañado de una recreación de algunos oficios de antaño. Durante el viaje, el visitante sale del huerto de Jacob para encontrarse con los establos y toparse con una escuela o a las mujeres cosiendo o bordando entremezcladas con las lavanderas. En ese recorrido también aparece una fragua o una carpintería, aspectos que se entremezclan con algunas de las tradiciones de Los Pedroches como la matanza.
Entre la recreación y la tradición se impone el esfuerzo colectivo que supone la realización que saca a la calle a unos 300 vecinos que no escatiman al cuidar el más mínimo detalle. Pozos, hornos, vestimenta, techados y un largo etcétera busca adentrarse en un mismo contexto y dirigirse a una misma dirección. Merece la pena el recorrido, mereció a pesar del intenso frío, porque Torrecampo ha encontrado una iniciativa cuidada y original a pesar de lo antiguo de su existencia.
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