Tras la quinta participación de los Becerros Olímpicos en las Olimpiadas Rurales de Los Pedroches celebradas en Añora, aquí van algunas reflexiones sobre el empeño de algunos en hablar de Pozoblanco durante su celebración.
Soy tarugo, sí, de Pozoblanco, y no quiero que las Olimpiadas Rurales se celebren en Pozoblanco, nunca lo he querido y nunca me he puesto a pedir explicaciones de por qué no se hacen en mi pueblo, lo veo un sinsentido.
Las Olimpiadas Rurales nacieron en Añora y ahí es donde van a cumplir en 2017 su décimo aniversario. Todos los años he escuchado a gente decir que en Pozoblanco tal, que en Pozoblanco cual, que si esto, que si lo otro. Siempre durante la primera quincena de julio, justo coincidiendo con la celebración del, para mí, evento más importante del verano en Los Pedroches, las OORR de Añora.
En Pozoblanco somos Añora, al igual que en Añora son Pozoblanco, dejémonos de tonterías, ¿quién no se ha echado novia/o de otro pueblo de la Comarca? ¿Quién no tiene familia en Pedroche, El Guijo o Torrecampo? ¿Quién no tiene amigos/as en Villanueva o El Viso? Somos una Comarca y las Olimpiadas Rurales representan la unión de una Comarca, ya que hay participantes de Hinojosa, de El Viso, de Pozoblanco, de Dos Torres, de Pedroche, por supuesto de Añora, etc. Y ese es parte del éxito de este evento, la unión de una Comarca.
En mi equipo hemos tenido este año representantes de Pozoblanco, El Viso, Villanueva de Córdoba, Belmez y Torrecampo y en ediciones pasadas hasta de Córdoba capital.
Además participan «atletas» de fuera de la comarca; «montillanos», «chilloneros», «madriles» «der gachi» (linares) que son acogidos amablemente por el pueblo de Añora. Otra parte del éxito, su participación e implicación.
También está la parte nostálgica, esa que hace recordar a nuestros mayores, los que se sientan en primera fila durante la inauguración de las Olimpiadas. Ver a los jóvenes practicando los juegos tradicionales de su época juvenil les lleva a querer este evento como suyo.
Pero sin duda alguna, el principal motivo del éxito de las OORR es el espectáculo que supone ver el cuerpo en movimiento. Y aquí podría meter una clase de historia del deporte, pero no, simplemente decir, ¿a quién no le gusta moverse? ¿Hacer equipo? ¿Salir en miles de fotos? ¿Ver miles de vídeos donde alguien está haciendo algo para ayudar a su equipo olímpico rural? Desde la antigüedad ha existido la atracción de ver al ser humano en movimiento y los mejores escultores lo han plasmado en diferentes obras de arte. En la época más moderna el cuerpo en movimiento se convirtió en el principal reclamo para la prensa, suponiendo el auge de los macro-eventos deportivos, llegando a conocerse a escala mundial. Hoy sólo tenemos que darnos un paseo por las diferentes redes sociales para ver la belleza de algunas de las instantáneas que nos ofrece este evento.
Si habéis participado algún año en las Olimpiadas Rurales o habéis asistido como acompañantes, háganse estas preguntas: ¿en qué plaza de Pozoblanco se harían los desayunos? ¿En qué colegio se haría la soga y la comba en Pozoblanco? ¿Cuánto tardarían los equipos en ir de una prueba a otra en Pozoblanco? ¿En qué bares se harían las comidas del domingo? ¿De qué pozo se sacaría el agua en la prueba del cántaro? Si sois capaces de responderlas sin detectar ningún problema decídmelo, por favor.
¡Que nunca nos falte el Trompetón con su «bacalao salao»! Y el año que viene más Olimpiadas Rurales… en Añora.
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