Hay artistas que no necesitan nada más que su presencia para llenar un escenario, para que las sensaciones antes del concierto desprendan energía positiva. Sin artificios, a cuerpo desnudo no hay muchos artistas que ganen la partida antes de tan siquiera pisar las tablas. La cuarta noche del Flamenco de Hinojosa del Duque demostró el pasado viernes que todavía quedan artistas de esa talla, de esos que tienen tanta verdad en su voz que lo demás sobra.
A las diez y media de la noche, la Plaza Santa Ana estaba llena para acoger la propuesta presentada por Lole Montoya, una institución en el mundo del flamenco. La artista estuvo sobre el escenario una hora y media homenajeando su carrera en la primera parte del concierto acompañada a la guitarra de Manuel Morao. En la segunda, con Ricardo Moreno y Manuel Moreno sumando a la guitarra y a la percusión, la artista varió entre bulerías, alegrías y fandangos poniendo voz a letras de Machín, Lorca, Morao o Alejandro Sanz.
La noche se saldó con un éxito porque como dice el refrán, quien tuvo, retuvo y Lole Montoya sigue siendo una figura clave en el mundo del flamenco, a pesar del tiempo. El otro acierto hay que apuntárselo a una organización que supo encuadrar el espectáculo en un ambiente y escenario que le iba a la medida. Simplemente, una noche para el disfrute de los amantes del flamenco.
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