• El juez, por otro lado, absuelve a los implicados de la falta de injurias que reclamaba Pablo Carrillo 

 

El Juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Pozoblanco ha dictado resolución sobre la denuncia que interpuso el alcalde de la localidad, Pablo Carrillo, contra los policías locales que se manifestaron durante la Feria Agroganadera por entender que se perturbó el orden público, además de denunciar una falta de injurias. El fallo emitido por el juez impone una pena, a cada uno de ellos, de siete días de localización permanente y multa de 15 días con una cuota diaria de 10 euros», según recoge la resolución a la que ha tenido acceso hoyaldia.com.

La pena impuesta llega por las faltas cometidas y recogidas en los artículos 633 y 634 del Código Penal donde se recogen las faltas contra el orden público y donde se indica que «los que perturbaren levemente el orden en la audiencia de un tribunal o juzgado, en los actos públicos, en espectáculos deportivos o culturales, solemnidades o reuniones numerosas serán castigados con las penas de localización permanente de dos a 12 días y multa de 10 a 30 días», en el artículo 633, mientras que en el siguiente se estipula «los que faltaren al respeto y consideración debida a la autoridad o sus agentes, o los desobedecieren levemente, cuando ejerzan sus funciones, serán castigados con la pena de multa de diez a sesenta días».

La denuncia interpuesta por Pablo Carrillo también contemplaba una falta de injurias que el juez no ha considerado probada y de la que ha absuelto a los quince policías implicados y por la que el abogado defensor solicitaba una indemnización de 500 euros para el primer edil pozoalbense. La resolución, que no es firme y ante la que cabe recurso de apelación, ya ha sido recurrida según ha podido saber este periódico.

Por otra parte, el Sindicato Profesional de Policías Municipales de España-Andalucía sección Pozoblanco ha declarado a hoyaldia.com que «decidan lo que decidan los jueces, el alcalde no nos va a coartar la libertad de expresión ni amedrentar en la lucha por la consecución del reconocimiento de nuestros derechos». 

 

Y Pablo Carrillo reconoce sentirse «satisfecho» por cumplir con su responsabilidad, pero no contento