La Virgen de Luna ya no está en Pozoblanco. Durante toda la semana, los ciudadanos de la localidad pudieron despedirse de su Patrona, que ayer era trasladada hasta el Santuario de la Jara para que hoy la recojan los vecinos de Villanueva de Córdoba. Desde primera hora de la madrugada, los Hermanos cumplieron con todos los rituales que marca la tradición y tras reunirse, a las siete de la mañana las inmediaciones de la Iglesia de Santa Catalina ya acogían a numerosos devotos que esperaron la salida de la Virgen, a la que acompañaron hasta la Ermita.
A hombros de sus más fieles, la Virgen hizo una parada en la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno para luego seguir procesionando por las calles de la localidad hasta la siguiente parada, el Ayuntamiento. Allí, parte de la corporación municipal esperaba a la Patrona a la que le fueron retiradas las llaves de Pozoblanco. A ritmo de los sones del tambor, de los disparos y con el olor a pólvora, la Virgen de Luna siguió siendo portada a hombros para proseguir un camino de larga ausencia.
Un camino donde la Virgen no estuvo sola porque, además de los hermanos, fueron muchos los fieles y devotos que hicieron el camino con ella. Desde el Arroyo Hondo hasta el Santuario de La Jara, viviendo cada parada, cada momento hasta llegar al Santuario donde se desarrolló la tradicional procesión, que posteriormente dejó paso a la Eucaristía.
Fue un día de despedidas. Hoy le toca a los vecinos de Villanueva de Córdoba honrar a la que también es su Patrona, vivir los momentos vividos por los pozoalbenses, disfrutar de su presencia. Es su momento. Mientras, en Pozoblanco, ya se cuentan las horas para el regreso de la Virgen de Luna.
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