Las actuaciones de los ayuntamiento vienen determinadas y condicionadas por el contenido de sus presupuestos. El contenido político de los presupuestos municipales radica en el destino del gasto y la recaudación, como eje diferenciador de las políticas progresistas o conservadoras.
Un cálculo desequilibrado entre lo presupuestado y lo gastado o invertido, produce continuos remanentes presupuestarios y de tesorería que, como hoy se comenta en los medios de comunicación, supone un problema en su aplicación a inversiones programadas. Algo tan criticable como ¿qué hacemos ahora con el dinero que no hemos sabido o querido aplicar por falta de rigor?.
Hoy nuestro Ayuntamiento se encuentra con unos remanentes presupuestarios que superan el 50% del presupuesto para el presente año, presupuesto que roza los 20.000.000 de euros, algo que resultará altamente sorprendente para los ciudadanos de Pozoblanco que les llevará a hacerse preguntas tales cómo habiendo tanto dinero aumentan los impuestos municipales y las tasas, por qué no se genera empleo fijo, ayuda a la economía productiva y otras tantas actuaciones de urgente necesidad.
Es una realidad histórica que pocos grupos políticos, incluidos los gobiernos de turno, hagan un estudio exhaustivo y serio sobre el tema, porque ello exige un sobresfuerzo dado lo enrevesado y los tecnicismos de la materia presupuestaria, lo que nos lleva a la situación de hacer política a medias o nula política, dando de hecho igual, que gobierne uno u otro partido.
Con el retraso habitual en la aprobación del presupuesto anual, vuelven los líderes de los grupos políticos a enzarzarse en críticas haciendo hincapié en actos puntuales (no por ello menos importantes) pensando más en la versión de rentabilidad política que en los intereses y beneficios de los ciudadanos, debatiendo cuál debe ser el destino de esos remanentes presupuestarios. Solo con un somero estudio del presupuesto 2019, aún vigente, se puede observar que se han producido remanentes de crédito que parecen representar un problema de aplicación.
Un remanente de crédito viene a ser el resultado de una mala programación presupuestaria y una deficiente gestión en la aplicación de las partidas presupuestadas. Así, año tras año resulta, que el presupuesto de 2017 muestra un desequilibrio que roza el 25%, y acumulado al ejercicio de 2018 se aproxima al 50%.
Esa falta de rigor causa del desconocimiento o desinterés de todos los grupos políticos acerca del tema presupuestario les ha llevado al punto de que en la Memoria explicativa relativa al estado de ingreso para el presupuesto 2020 se dice que los aumentos recaudatorios “se han llevado a cabo por AJUSTE, con la estimación del rendimiento previsto en el próximo ejercicio» . Es decir, los presupuestos siguen en la misma línea político-social sin consideración a las necesidades reales. Cada partida se vería aumentada en base a la recaudación prevista que, como se indica en esa Memoria explicativa, se va a confeccionar un presupuesto por ajuste.
Visto lo cual es censurable que los regidores del Ayuntamiento no entren en tales consideraciones y por dejación o comodidad permiten que el presupuesto municipal, que representa la base y eje de la política, sea confeccionado por los técnicos municipales sin ningún contenido político y se base exclusivamente en la improvisación de que en el año 2020, al preverse una mayor recaudación, podrán aumentarse las partidas presupuestarias solo en el ámbito cuantitativo y no de orientación político- social. Previsión por cierto, nada acertada y menos adecuada a la situación sobrevenida con lo cual se evidencia que ese procedimiento es nada adecuado a las necesidades reales y por tanto, nada recomendable.
Para mejor entender a aquellos que probablemente menos que uno conozcan el laberinto presupuestario y su importancia para la política, decir que la política real sea orientada por el personal técnico municipal con lo cual la pregunta obligada: ¿para qué necesitamos a los políticos ?
Siendo no obstante la política un mal necesario, y los políticos la principal preocupación de los ciudadanos por encima de otras cuestiones vitales, me permito la licencia de invitar. A los de nuevo cuño, que muestren mayor interés por el tema presupuestario que, repito, es la base y ejee de la política y a aquellos veteranos, que se les supone conocer el tema, hagan un último esfuerzo que, sin lugar a duda, les rentará también políticamente y a todos ellos que abandonen las crítica fáciles y oportunistas haciendo real su función principal que es servir al pueblo.
No basta, aunque sea necesario, sólo con las críticas a algo que efectivamente no se ha hecho todo lo bien a que vienes obligado los políticos, sino que hay que remangarse y ponerse a trabajar en serio. Un político y aún menos los de ámbito local no tiene porqué saber de todo, pero sí están obligados a asesorarse sobre aquellos temas de interés en su gestión como es el conocimiento profundo de la materia presupuestaria que a la postre es la que determina las líneas político-sociales.
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