Dijeron adiós a su profesión después de años de trabajo, colgaron la bata y cerraron la puerta de la consulta, había llegado la hora de la jubilación. Pero ante situaciones excepcionales se suelen dar respuestas de la misma índole y no lo dudaron. Rosa García y Eva Gómez pasarán a engrosar la lista de profesionales que finalizada ya su etapa laboral han decidido ofrecerse como voluntarios para «echar una mano» ante las necesidades surgidas por la pandemia del Covid. Ambas relatan que lo tenían claro, habían mostrado su disponibilidad y disposición para sumarse a la campaña de vacunación, para ofrecer citas, para rastrear… Y estos días, con jornadas de vacunación masiva en Pozoblanco, han vuelto a descolgar la bata, a colocarse su identificación y a atender a la ciudadanía.
La historia de estas dos enfermeras es muy similar, ambas demuestran «pasión» por su trabajo, además de una vocación que les ha llevado a no olvidarse de tender la mano. «Me ofrecí voluntaria cuando empezaron a poner vacunas, en aquel momento no me llamaron porque eran muy pocas las que se ponían y habían montado un equipo», cuenta Rosa García que añade que «me he ofrecido a todo, a poner vacunas, a rastrear, a dar citas. Ahora me han llamado porque se están poniendo muchas más vacunas y aquí estoy». Ambas sonríen cuando se les pregunta por cómo ha sido esta vuelta momentánea al trabajo y aseguran que «estamos muy contentas, coges rápido de nuevo la práctica».
«Seguimos siendo enfermeras toda la vida, esto no conoce edad, habrá gente que esté deseando dejarlo, pero a mí me costó hacerlo», asegura Rosa García antes de inocular otra dosis y después de haber recibido el reconocimiento de la gerente del Área Sanitaria Norte, Ana Leal, y de los políticos que han pasado esa mañana por el Recinto Ferial. Será una experiencia que atesore en una carrera en la que ha visto evolucionar también el buque insignia de la sanidad de la comarca, el Hospital Valle de Los Pedroches, donde ha estado en Maternidad, Traumatología y Cardiología.
Rosa García no vivió la explosión de la pandemia ejerciendo ya que se jubiló en diciembre de 2019, algo que no ocurrió con su compañera Eva que dijo adiós a la profesión en plena pandemia. «Es verdad que aquí ha estado más controlado, pero hemos pasado momentos malos, la UCI se llenó recién ampliada, se vivieron momentos duros, pero se han hecho cosas muy buenas», puntualiza. Pulsan también el ánimo de quienes acuden a recibir la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 destacando que la mayoría de personas llega «tranquila y contenta».
Una tranquilidad que la otorga también por quien está al otro lado, por esos profesionales que siguen dando lo mejor de sí mismos para poder pasar página. Las historias de Rosa García y Eva Gómez hablan de generosidad y se unen a las de aquellos profesionales que se suman a la campaña de vacunación estando en activo y que se añaden como voluntarios para que esas jornadas masivas sean lo más ágiles posibles.
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