Los primeros meses de la temporada en el Grupo Sur de la Liga Reto Iberdrola han dejado al Pozoalbense Femenino en una solvente novena plaza, tras sumar dieciocho puntos. Un tramo de la competición que no ha sido fácil para el equipo vallesano por los problemas para cerrar las convocatorias ante la tardanza en la tramitación de la documentación de algunas internacionales, el retraso de algunos fichajes y las lesiones. Un hándicap que el cuadro pozoalbense ha sabido sortear apostando por una de sus señas de identidad, el carácter sobre el terreno de juego.
Con las jugadoras nacionales finalmente de vuelta a los entrenamientos desde el 26 de diciembre pero a la espera de que las internacionales se sumen el 2 de enero, toca hacer balance de lo que va de temporada. El técnico del equipo, Manuel Fernández, lo tiene más que claro y no dudó a la hora de poner nota a su plantilla en este primer tramo de la competición, matrícula de honor. “Con todas las adversidades que hemos tenido no puedo ponerle otra nota a mi equipo que no sea la matrícula de honor. Hemos disputado más de diez jornadas en las que no hemos podido ni completar la convocatoria, por lo que el trabajo realizado es de admirar”, indicó el entrenador.
La clave para hacer funcionar al equipo se basa en el engranaje de unas jugadoras que han tenido que ir adaptándose a la forma de trabajar y a la competición para dar forma a una plantilla que se ha ido acoplando de manera “escalonada”. La heterogeneidad en cuanto a las nacionalidades ha sido una de las claves de esa adaptación para avanzar en el entendimiento tanto dentro como fuera del campo. Para el preparador pozoalbense el grupo ha conseguido sortear todas las trabas hasta el punto de apuntar que “llegamos al parón en el mejor momento del año y tenemos un grupo fantástico”.
Eso sí, es consciente de que queda mucho trabajo por hacer, por lo que Fernández sigue pidiendo un esfuerzo a la junta directiva para cerrar dos fichajes que vengan a redondear la plantilla. Las posiciones están claras, una mediocentro y una portera ya que la lesión de Sheila ha dejado al equipo con una única cancerbera, Mari Carmen Portero, que ha sabido ocupar y defender la portería de las vallesanas. Y si es conocedor de sus puntos débiles, también lo es de los puntos fuertes de su equipo. “Hay lugar para la mejora y en ello vamos a trabajar”.
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