Maria del Carmen Fernández Fernández es una persona de sobra conocida en Pozoblanco. Su cargo como presidenta de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, puesto para el que fue elegida en 2006 y reelegida en 2010, la hacen estar presente en una de las etapas del año que con más intensidad se viven en nuestra localidad. Su vida va mucho más allá, sus experiencias también y entre ellas, a partir de mañana, tendrá que incluir la de ser la primera pregonera de la Virgen de Luna.

Mañana a las 20:45 horas, el Teatro «El Silo» se vestirá de gala para acoger el acto del pregón de la Romería de la Virgen de Luna. En una Cofradía donde el papel de la mujer apenas aparece, Mari Carmen Fernández se «cuela» para aceptar la proposición de la Junta Directiva que le transmitió el Capitán, Juan García. La pregonera recuerda que fue el 16 de agosto y que le asaltaron las dudas hasta «quedarme pasmada» porque «en mi vida se me había pasado que iba a ser pregonera de algo».

Como buena creyente hizo acopio de su fe y rezó para que su decisión fuera la acertada. «Recé, es lo primero que hago cuando tengo un conflicto, invoqué a la Virgen y le dije, ¡yo no lo tengo claro, pero si tu quieres!», nos relata a pocas horas de tener que enfrentarse a un reto único. Otro que se impuso fue el de no contárselo a nadie, madurar la idea e ir decidiendo algo que consiguió «un día viniendo con la Virgen de Piedrasantas, ahí decidí definitivamente que iba a ser la pregonera».

Quien conoce a Mari Carmen Fernández sabe de su fuerte personalidad, que es una mujer con las ideas claras y de ello, a buen seguro, quedará constancia en su pregón. Un pregón que empezó a trazar antes incluso de aceptar la propuesta, «tuve muy claro desde el principio lo que quería decir, la exaltación de la fiesta y un homenaje a la Virgen, ensalzar la imagen de María en esta ocasión, la Virgen de Luna». Habrá retazos y estará muy presente el hecho de ser la primera mujer que pregone esta Romería, como no podía ser de otra manera. Otro reto.

Delante tendrá a los suyos, a aquellos que acogieron con agrado que fuera designada para este fin. También a su madre, reticente al principio «porque me echaba otra carga encima». Dice desconocer los méritos que le han llevado a ser pregonera, pero su vinculación con la Virgen de Luna la «he vivido siempre, la devoción ha sido grande, nos lo han inculcado muy hondo, mi abuela también era romera. Siempre que he estado aquí he ido con la Virgen o he venido con ella».  Y deja muy claro que ella siempre hace el camino que realiza la Patrona.

Una Romería que este vivirá no de manera especial, sino «súper especial» porque recaerá sobre ella «la responsabilidad de transmitir las vivencias, la devoción a la Virgen de Luna». Asegura estar tranquila, tener claro lo que quiere decir cuando se suba al escenario del Teatro «El Silo». En confianza reconoce que igual su pregón no le gusta a todo el mundo, pero es por el que ella ha apostado y a buen seguro que llevara la rúbrica de una persona con carácter y con identidad.