Para eso me lo compré, para pasearme. Cuando paseaba en mi coche por la calle el Toro, me gustaba ver a la gente paseando por las anchas aceras, y mirar de reojo y con descaro, ya que en mi coche era más fácil pasar desapercibido.
Pero desde que me han cortado el tráfico, me han jodido mi hobby.
Las razones que aluden los ilustres políticos que han tomado esta decisión -todos con un bagaje político impresionante, supongo, y que saben mucho mejor que nosotros lo que nos interesa y lo que nos conviene -, y los que los apoyan, inciden en que quieren que Pozoblanco se parezca a Córdoba, que tiene unas calles peatonales que los comerciantes se dan tortas por alquilar allí locales a altos precios, lo que redunda en el beneficio de los propietarios que alquilan esos locales que ganan más, y la economía de Córdoba está por las nubes. Por lo visto.
He hecho un cálculo rápido. Si Córdoba, con 300.000 y pico habitantes, tiene 1500 metros de calle peatonal, a Pozoblanco, para no ser más que Córdoba, si no se pueden enfadar en la capital con nosotros, le corresponde unos 75 metros de calle peatonal. Esto es el trozo de la calle el Toro que va desde la calle Real a la esquina de la Joyería que hay frente a la papelería Luna. Sería estupendo, porque así podría pasear con mi coche por casi toda la calle el Toro, y luego subir por la Calle José Estévez. Algo es algo, y los cordobeses no se sentirían agraviados por ser menos que nosotros.
Resulta que, pese a ser tan buena idea el cierre al tráfico, que tanto va a beneficiar al comercio, los comerciantes y los vecinos están que trinan. A mí me da igual que los comerciantes ganen más o menos, porque lo que me gusta es pasearme en mi coche por la calle El Toro, pero sí me fastidia un poco que la comunidad internáutica favorable a cortar el tráfico culpa mismamente a los pobres comerciantes de no hacerse ricos. Al parecer, estos internautas son todos unos expertos en Gestión y Administración del Pequeño Comercio, y – el hecho de que todos sean funcionarios no es importante, supongo – me tachan a mis pobres comerciantes de decimonónicos, de inadaptados, de ignorantes, de ineficientes, de… en fin, que ya podrían dar estos expertos un curso de ventas para que los comerciantes de la calle El Toro se pusieran al día.
Una idea genial que se me ha ocurrido la quiero dar a conocer por si el equipo de gobierno quiere dar el golpe. Es la siguiente: En vez de transformar una calle de éxito en peatonal para que siguiera siendo una calle de éxito (convendremos todos que la calle el Toro era ya de largo una calle de éxito, por eso me gustaba pasear con mi coche por ella), ¿por qué el Equipo de Gobierno no aplica su inteligente estrategia a una calle que no tenga tanto éxito, y la convierte en la Castellana taruga? Vale, ya hay otras calles peatonales en Pozoblanco que no levantan cabeza, como la calle Pío Baroja, pero también hay que entender que es una calle estrecha, llena de mierda y meados de perro, y para colmo está en la zona pobre del pueblo. Yo propongo que se peatonalize una calle de abolengo. Por ejemplo, la calle San Antonio, o la calle Santa Bárbara, o la calle Cervantes, pedazo de calles importantes que darían mucho juego. Más que nada por demostrar la valía de la idea de peatonalizar, porque tratar de convertir una calle de éxito en una calle de éxito, como que sólo va a traer malos rollos.
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