Así, así llaman algunos expertos estudiosos- musicólogos al músico cofrade, esta gente llana que brinda su tiempo utilizando la música en MAYÚSCULAS para armonizar toda “chicotá“ que se preste y esclarecer los sentimientos más profundos de aquel que la escucha y la siente como suya.
Músico es aquella persona que se dedica a la creación, interpretación y edición de la música. Cada cosa en su sitio, «NI MÁS, NI MENOS”. AMÉN.
Marcha profesional es un género musical que tiene que contar con unos requisitos de estructura o carácter donde se fija el compás y ritmo, adaptándolo al acto para el que ha sido concebida la obra. Así lo entiendo yo.
Músico cofrade es aquel que nos ofrece en cuerpo y alma todo aquello que lleva dentro de su ser y entendimiento, en situaciones extremas en todos sus sentidos. Aquel que es alimentado con pan y 2 lonchas descompasadas durante la Semana Mayor, con sus días y sus noches, después de exhibir su obra por cada rincón de las calles más rancias de esta España artista. De dejar lo más querido de su vida, como hijos y familia, en la espera más desangelada y carente, hasta ver cuando se convertirá de nuevo en carpintero, maestro, matarife o cualquier profesión que se preste, para recibir la estabilidad de nuevo, tan deseada por los suyos.
Son artistas de raza, de sentimientos profundos que expresan lo que tienen así, transformando la gramática tradicional en notas adentradas en los compases más severos y profundos.
Así son ellos, cristianos afortunados por figurar en todas las escenas de la PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN que padeció JESÚS por la estirpe romana y judía.
¡Son el compás de sus pies! ¡NI MÁS, NI MENOS!.
Todo ello puede sonar de forma extrema en mis palabras, pero esta es la realidad de quien os lo cuenta.
*Homenaje a todos los músicos cofrades de nuestra querida villa pozoalbense
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