Emiliano Pozuelo, concejal por el PA, transmite en su muro de facebook su agradecimiento a los socios que junto a él han gestionado la caseta de feria (PA-Chess), a los colaboradores, trabajadores y a todo el mundo mundial por los resultados conseguidos.
Toda gesta que se precie, tiene que tener sus héroes y sus villanos. Para realzar las proezas de sus héroes, creciéndose ante las adversidades, necesita usted citar mi nombre y adscripción política para darme las gracias por llamar a la policía local.
Usted me da las gracias con sorna, resentimiento y animadversión. Yo, sin embargo, aprovecho estas líneas para darle las gracias con sinceridad, pues me brinda la oportunidad de que le conteste y puntualice algunas cuestiones que de otra forma no se habrían hecho públicas.
El miércoles se le comunicó por algunos compañeros y compañeras que el ruido de la música de su caseta molestaba a los usuarios de la nuestra.
El jueves fui yo, personalmente, el que le comuniqué que se oía, proporcionalmente, más su música en nuestra caseta que en la suya y le explique los motivos: altura de los altavoces y dirección de los mismos y le sugerí que hiciera unos mínimos cambios, al respecto, para que nadie se sintiera perjudicado – como se contempla en el punto 5ºde las normas- (La separación entre casetas es un muro de tacos de cemento que solo alcanza unos 4 ó 5 metros, el resto de separación hasta el techo es una simple rejilla. Si usted coloca los altavoces a cierta altura y en dirección a nuestra caseta el sonido no rebota en el muro y pasa directamente a la nuestra).
El viernes a las 20:58 intenté comunicarme por teléfono con usted, pero no me cogió el teléfono. Unos minutos después, ante las quejas de varios clientes y camareros, decidí llamar a la policía local para que se personase en nuestra caseta y como agentes de la autoridad constatasen que las molestias causadas por el ruido de la música de su caseta eran objetivas y palpables.
La policía local se llamó para que se personara en nuestra caseta, no en la suya, porque no había ninguna intención de denunciar a nadie, “ni de joder a nadie”, sólo se llamó para que dieran fe y quedara constancia por escrito de las molestias que su música causaba a nuestros clientes (de no haber actuado así, ahora sería mi palabra contra la suya). Si algún policía entró en su caseta fue para pedirle a usted que viniera y lo comprobase in situ. A lo que usted se negó.
Usted ha tratado de vender este asunto como si de un enfrentamiento político se tratara, cuando usted bien sabe, que es una cuestión de comportamiento cívico entre vecinos y en esta ocasión los causantes de los perjuicios han sido ustedes y los perjudicados nosotros. Esta es la realidad y no lo que usted va diciendo.
Por cierto, nosotros al contrario que usted, nos alegramos de que después de tantos cambios, al fin, le funcione su caseta, la nuestra sin pretensiones de competir con nadie, ha estado a tope como siempre.
Para terminar quiero decirle lo siguiente: (ya no como aseveración, sino como una simple opinión).
Hasta ahora, en la feria de Pozoblanco había una separación entre la ubicación de las casetas familiares y las disco casetas. Las disco casetas pagan un precio más elevado que las casetas familiares y se les permite un ambiente propio de disco, frente al resto de casetas en las que se determina que su actividad interior debe adecuarse a la modalidad de caseta familiar.
Este año solo ha habido, legalmente, una disco caseta, la otra ha quedado desierta porque nadie ha optado definitivamente por ella, si algún empresario hubiese querido gestionar la otra disco caseta lo habría hecho sin ningún problema.
Cuando se instala una disco caseta en un lugar destinado a casetas familiares es porque el que lo hace cuenta de antemano con un doble trato de favor:
1º Paga 1.500€ en lugar de 4.200€. Se ahorra 2.700€ “por todo el morro”.
2º La instala porque sabe, de ante mano, que no se la van a cerrar (en 2007 se clausuró y precintó la caseta de la Hermandad del Cristo Resucitado por actuar como disco caseta).
Cuando los negocios se mezclan con la política siempre acaban oliendo mal. Nadie da duros a cuatro pesetas, los favores de los empresarios a los políticos siempre se acaban devolviendo desde los despachos.
Si no es mucho pedirle, rectifique como hizo tras sus declaraciones sobre la actuación de la policía local en el asunto del bus, y pida disculpas por las molestias causadas, a las personas que libremente optaron por comer mientras en su caseta se divertían molestándoles.
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