No pasa por sus mejores momentos el Partido Popular de Pozoblanco, una crisis que se acrecentó en el día de ayer con el escrito de dimisión presentado por Baldomero García y que deja al partido ‘descabezado’ y sin presidente local con una dimisión que no se puede tachar de otra cosa que de lógica. García se ha mantenido y lo han mantenido al margen del proceso de confección de la candidatura para las elecciones municipales y le han cortado la cara y la palabra ninguneando las decisiones que el candidato presentado por la ejecutiva local y refrendado por la provincial, Ventura Redondo, estaba tomando para confeccionar una lista. Les está pasando a los populares lo que tantas veces han criticado en la casa del enemigo, el PSOE, que han venido desde la capital a tomar decisiones que deberían haberse adquirido en Pozoblanco. ¡Qué cosas!
Decía el otro día en un artículo de opinión, «Las aventuras y des-venturas del Partido Popular», que las reticencias sobre la figura de Baldomero García desde la capital no son nuevas, así que era de esperar que sus decisiones no fuesen respetadas. Pienso que Baldomero García ha hecho cosas mal y como también indico en ese mismo artículo una de ellas es la de no haberse mostrado como un elemento de cohesión entre las diferentes facciones del partido y haber luchado por no haber provocado más grietas. Igual tampoco ha sabido retirarse a tiempo. Ahora bien, nadie le puede negar a García que la decisión tomada es la que corresponde -igual llega algo tarde- y que el escrito remitido es valiente porque habla a las claras de «interferencias», «presiones obscenas» y la sombra alargada de varias personas. Le ha faltado al ya ex presidente de los populares pozoalbenses dejarse de cargos y poner nombres y apellidos, también de la gente que parece haberle «traicionado» en el seno del partido a nivel local. Por suerte, la crisis llega en un momento en el que apenas afectará al grupo municipal por la corta vida que le resta ya que ver a los concejales populares será un poema en el próximo pleno porque a nadie se le escapa que la unión manifestada hasta la fecha es una utopía y que si las críticas a nivel cordobés se centran en Salvador Fuentes, las locales lo hacen en Manuel Cabrera como la persona que se la ha jugado a Redondo y, por extensión, a García.
Precisamente Cabrera protagonizó una de las imágenes que pasará a la historia política pozoalbense con esa llegada al juzgado, al borde de la hora, con una lista en la mano que ponía fin a más especulaciones. ¿Y tanto revuelo para qué? ¿Por qué había que hacer pública la crisis en estos momentos? El 19 de julio Baldomero García era reelegido como presidente del PP en Pozoblanco y allí contó con el apoyo del líder de los populares cordobeses, José Antonio Nieto. Justo cuando muchas voces se alzaban para hablar de una necesidad de cambio, de dejar paso a otra gente y pusieron en entredicho la capacidad de liderazgo de García. ¿Por qué el partido no se movió entonces para buscar una alternativa? Igual la situación en el Ayuntamiento, con PSOE y CDeI a la gresca y la mayoría absoluta perdida en el camino, fue un aspecto demasiado importante como para abogar por la reforma de un partido que podría haber llevado a problemas internos o al menos dejarlos al descubierto de manera explícita.
Un mes después de aquella fecha, hoyaldia.com realizó una entrevista a Baldomero García que ahora adquiere otro cariz. En aquella conversación García reconocía que el primer interesado en que el partido recibiera aire fresco era él pero puntualizaba determinado que «el PP es un partido de derechas, no de extrema derecha«. Una afirmación que fue aclarada explicando que «en un momento dado se han querido incorporar al partido gente con unas ideas muy extremistas. El partido está abierto a todo el mundo pero también tienen que tener una cosa muy clara, que no es una oficina de colocación«. También reconoció en esa misma entrevista discrepancias con miembros de Nuevas Generaciones y con alcaldes de la comarca por el apoyo recibido desde Córdoba y ahí García dijo lo siguiente: «El apoyo de Córdoba tampoco es que sea excesivo«.
Y esa falta de apoyo ha quedado meridianamente clara con imposiciones sobre algunos nombres que bajo ningún concepto estaban en la cabeza para los dirigentes cordobeses -algunos de plena confianza de García, según las informaciones que maneja este periódico-. Y vuelvo a repetir, ¿tanto revuelo para qué? El Partido Popular ha conseguido elaborar una candidatura, en tiempo récord es cierto, pero ¿de verdad una candidatura para «gobernar y no de trámite», como dijo Salvador Fuentes, se realiza cerrando las incorporaciones a una hora escasa del cierre del plazo legal? Estoy segura que son muchos los partidos que se han visto abocados a esta situación -buscar hasta debajo de las piedras- pero nadie la ha reflejado de manera tan clara en Pozoblanco como el Partido Popular. Le pesará a Santiago Cabello, el recién estrenado candidato, como una losa el haber sido puesto desde arriba y le pesará también el no poder decir que lleva consigo a la gente que quiso, sino a la que pudo -y no entro a valorar la candidatura-. Eso sí, el esfuerzo para finiquitar una lista en apenas tres días queda ahí, pero igual ha sido algo innecesario. Las urnas nos lo dirán.
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