El Balonmano Pozoblanco se vino de vacío de su visita a Cádiz donde le esperaba un Balonmano Gades Asisa que aprovechó las imprecisiones de los pozoalbenses para imponerse con un resultado que no refleja lo visto sobre la cancha. Y es que los cinco goles de diferencia (32-27) fueron excesivos, ya que a tres minutos del final el equipo local ganaba tan solo de un gol, sin embargo los errores y las exclusiones fueron decisivos para el resultado final.

Aunque fue el cuadro gaditano el que estuvo casi siempre por delante en el marcador, el primer tanto del choque lo marcó el último fichaje de los pozoalbenses, Kike Molinero. Ambos equipos optaron por defensas cerradas, aunque el Balonmano Pozoblanco varió a la 4-2 durante algunos momentos de este primer acto. Tras el primer parcial, los gaditanos tomaron la iniciativa aprovechando la debilidad en defensa y en portería de su rival.

Así las cosas, en el minuto 7 con 6-3 en el luminoso, el técnico de los vallesanos, Pepe Eduardo Córdoba, solicitó un tiempo muerto que sirvió de reacción a los suyos que empataron de nuevo la contienda. No duró mucho esa tónica, ya que los gaditanos volvieron a tirar de los errores defensivos y posteriores contras para abrir brecha que se redujo al final del primer acto donde los locales ganaban por dos tantos, 16-14.

Tras el paso por vestuarios y un cambio de defensa (5-1), los visitantes volvieron a empatar el choque aunque rápidamente volvieron a aparecer los problemas. Fue entonces cuando el técnico sentó al portero Víctor González y dio pase a Pedro Ceballos, uno de los más entonados del partido. A pesar de la igualdad, las sensaciones no eran buenas para sacar el partido hacia delante y a falta de tres minutos (28-27), dos pérdidas de balón, dos contras bien culminaras por Carlos Martínez, y dos exclusiones -Kike Molinero y Paco Quirós- sentenciaron al Balonmano Pozoblanco que sigue retrocediendo para meterse en los puestos que dan derecho a jugar el ascenso.