Oskar Luna es un bilbaíno afincado en la comarca de Los Pedroches desde hace cinco años. Un tiempo mucho menor del que lleva metido en el mundo de la literatura como escritor de biografías y poemas por encargo. Ahora da el salto a la novela con la publicación de ‘La puta de la muerta’, una novela autoeditada, muy cruda y que «desafía las fronteras de la moralidad y la humanidad explorando los límites del suficiente, la venganza y la mente humana». Mañana viernes la presenta oficialmente en el campo de golf y antes se pasa por hoyaldia para hablar de esta primera incursión en género de la novela. 

Pregunta: ¿Cómo surge ‘La puta de la muerte’?

Respuesta: Tenía ganas de escribir una novela. Tengo un relato en distribución desde hace dos años y sentía la necesidad de escribir mi primera novela. Me dedico a hacer poemas personalizados, también biografías, y esta novela nace de la necesidad de introducirme en el mercado, en la narrativa.

P: Pasas de escribir poesía por encargo a una novela tan cruda. Es un cambio total de registro.

R: Es una especie de reto. Creo que el escritor tiene que abarcar todos los terrenos. Las biografías son distintas, los poemas también, porque además son personalizados: tienes que ceñirte a los datos que te facilita el cliente. La novela es algo totalmente diferente y, como digo, tenía ganas de hacerlo. Y sí, es muy cruda. Es una llamada de atención, porque considero que el mercado está muy complicado y hay que hacerse notar: hay muchísima competencia. Por eso decidí hacer algo distinto.
No obstante, yo soy así. Me gusta lo distinto, lo singular. Me autocrítico y digo: «esto se parece a esto, no lo puedes hacer».

P: Estamos más acostumbrados a hablar de la puta vida más que de la puta muerte.

R: Bueno, sí. La protagonista se autodenomina la puta de la muerte, y yo, en este caso, no soy nadie para contradecir a mis personajes. Siempre he buscado en el título alguna referencia, porque obviamente ella es el personaje principal, es donde se cimenta todo. Se autodenomina de esta manera, y como creo que el título de un libro tiene que llamar la atención por su impacto visual, quizás ese sea el mejor. Además, con una portada que esté relacionada con ese impacto verbal.

P: Me decía que la novela la escribió como un reto. Construir a los personajes también tiene que serlo, además con tantas aristas. Imagino que conlleva un proceso de investigación o estudio del tema psicológico.

R: La protagonista sufre las consecuencias de una infancia deplorable, totalmente horrible. Esto le genera problemas existenciales. No está desorientada porque es ciega; está desorientada porque ha sido manipulada de forma absoluta por una figura. Luego está lo contrapuesto: la parte del docente. Es decir, el padre es un psicópata absoluto, igual que ella es una sociópata, víctima de lo que acabo de explicar. Pero también está esa figura opuesta, el docente. Él representa la bondad, los valores, los principios; y el padre es la antítesis de un buen educador, paradójicamente. Sin embargo, ese docente termina siendo más padre que su propio padre biológico.

La psicología es un campo que siempre me ha interesado mucho. Siempre he estado relacionado con la investigación, la psicología, la psicopatía… Veo mucho cine y, si hay una película de asesinos en serie, me interesa. Es verdad que he investigado sobre las características de las psicopatías, los narcisistas, este tipo de personas. Soy consciente de que existen dos vertientes en las psicopatías: pueden ser heredadas, como en el caso del padre, o pueden ser también lo que se llama ambientales. Ahí se abre el debate: si ella realmente adquiere esto de forma heredada o porque está enfadada con el mundo.

P: Empieza con el reconocimiento de la dificultad de eliminar la maldad. Diría más que dificultad, la imposibilidad, ¿no?

R: Imposible. Creo que no hace falta llegar a términos tan extremos como los de la novela, pero la maldad existe. La falta de principios existe. Al final, la novela es un ejemplo muy exagerado de lo que puede suceder.

P: Otra cosa que me ha sorprendido del libro es que no hay ni un solo capítulo o parada visual. ¿Quería conseguir algo con eso?

R: Bueno, sobre todo lo que dije antes: la originalidad. Siempre pienso que no está todo inventado. Soy muy consciente de que cuesta reinventarse, que cuesta hacer cosas distintas. También porque me gusta la rapidez. Creo que las novelas tienen que enganchar, entretener. No me gusta introducir «paja»; tienen que suceder cosas.

P: Ahora presenta la novela oficialmente.

R: Sí, el viernes, en el campo de golf a las seis y media. Con música. Creo que va a estar muy chulo. Espero que no me traicionen los nervios durante las lecturas. Luego haremos otra en mayo, y voy a intentar presentarla en Córdoba.

P: Dejando la novela a un lado, cuénteme eso de los poemas por encargo.

R: Todo surgió porque me asocié con una joyera que hacía piezas de autor, piezas únicas, y yo hacía las descripciones en un tono lírico, poético. Luego comencé con los poemas.

P: ¿Hay mercado?

R: Sí. Tengo un goteo constante, a veces cíclico, a veces más, a veces menos. Hay etapas: navidades, día de la madre, del padre… Es un producto que no se conoce bien. Es un regalo único, imperecedero. Luego hago un vídeo también: lo desarrollo, lo edito y recito el poema en el vídeo.